sábado, 22 de septiembre de 2012

Nostalgia por mi querida Calle Ronda, San Vicente de Santo Domingo de Heredia. N° 2

NOSTALGIA POR MI QUERIDA CALLE RONDA
Juegos, alegría y compañerismo

Vivencias como jugar trompos o bolinchas, donde en un círculo, se ponían en el medio, ya fuera chapas o botones. El juego consistía en formar una circunferencia del tamaño a convenir y a una distancia más o menos de dos metros se hacía una línea horizontal. Los jugadores enviaban con destreza y suavidad la bolincha hacia la línea, el que quedaba más cerca de ella era el primero en jugar y los otros seguían según su cercanía. Posteriormente nos acercábamos al círculo para iniciar el juego.

Se podían sacar chapas o botones del círculo, según lo que se jugara. Con buena puntería pegar la bolincha del otro jugador y, si lo lograba, recoger la cantidad que poseía el compañero (es decir, si se jugaba de a cuatro, cinco etc.). Explico todo esto para aquellos jóvenes que no saben de ese juego tradicional y lo han oído mencionar.

También, cuando llovía, como la mayoría de personas éramos descalzos, entonces dibujábamos círculos con el pie que poníamos sobre la tierra húmeda y girábamos el cuerpo, quizás no tenía mucha lógica, pero sí se disfrutaba.

Se hacían seguidillas que era jugar con bolinchas, solo que se trataba de pegar la bolincha del otro. El compañero también lo intentaba. A veces se caminaba hasta trescientos metros en ese juego y después nos devolvíamos. A veces se caían en la acequia y allí terminaba el juego, si no se tenía el sustituto.

También se jugaban puros. Eso consistía en poner dos ladrillos en forma vertical, allí se ponía un trozo de madera cilíndrico, generalmente se cortaba un pedazo pequeño del palo de una escoba,(a eso se le llamaba puros). Con un trozo de mayor tamaño de la misma madera se procuraba levantar el puro y se tiraba al aire para darle con el grande y ver hasta donde se lanzaba. La manera de contar era calculando la distancia, mediante la medida de los pies, o sea se ponía un pie y seguidamente el otro, así se calculaba la distancia y posteriormente se pagaba con cajetillas de cigarros.

Los jugadores tenían abiertas las cajetillas, ordenadas según el valor que se le daba. Así los cigarros marca ticos, valían 5 colones, el de león veinte colones, piel roja cincuenta colones, otras marcas tenían más valor como Capri y Rex, Salem, Nevada. Si eran cigarros de cajetillas extranjeras se les asignaba más valor.

En la plaza del centro de Santo Domingo se volaban papalotes. Eso me parece que las generaciones actuales lo conocen y no hay necesidad de explicarlo.

Otro juego que practicábamos era las famosas chócolas. Pequeños huecos que se hacían en la tierra, el procedimiento era igual al de las bolinchas. Solo que se jugaba con guápiles de café (dos granos de café pegados, a las de tres se les llamaba peinetas). Se hacía un círculo entre el dedo gordo y el índice y se le daba con el índice a la guápil hasta tratar de introducirla al hueco.

Si uno metía la guápil propia, la recogía y seguía jugando con la guápil del compañero más cercano al hoyo. Si no la introducía continuaba, en el orden usual, el otro que le correspondía, jugándose así hasta finalizar.

También son inolvidables los momentos que pasamos cuando encerábamos tablas e íbamos a resbalar en el potrero propiedad en parte de la finca de Nina Benavides y otra parte de potrero de la Finca el Polaco. Esto ocurría sobre todo los sábados y domingos cuando iban a disfrutar, con la familia, mucha gente del barrio y del centro de Santo Domingo.

Nací, crecí y viví en mi querida Calle Ronda, donde jugué, disfruté y amé a mi tierra domingueña. Hoy debemos dar a conocer las grandes enseñanzas que he recibido de mi gente y de mi tierra, para que siempre conservemos la esencia de lo auténticamente domingueño. Aquello que nos ha distinguido por generaciones y que hoy son necesarias para enfrentar el futuro plagado de sombras mercantilistas y carentes de amor hacia sus semejantes.

Jorge Ramírez Calderón. Grupo Cívico Domingueño.











No hay comentarios.:

Publicar un comentario