jueves, 10 de diciembre de 2020

Una reseña sobre la participación de los deportistas de Santo Domingo de Heredia en Juegos Nacionales.

 

Santo Domingo de Heredia en los Juegos Deporstivos Nacionales

Según he leído la primera edición de los Juegos Deportivos Nacionales fue en diciembre del año 1976, aunque otras fuentes dicen 1979 y 1981 para el primer torneo.  En baloncesto masculino Santo Domingo presentó un equipo en ese año 1981, y clasificó, primero en Heredia tras vencer a Belén, y posteriormente a Goicoechea.  Recuerdo que en la visita a Guadalupe perdimos por un punto, y posteriormente, en el Gimnasio del Liceo de Heredia, ganamos por dos.

Sin embargo, Santo Domingo fue eliminado porque en nuestra alineación se incluyó un jugador que había estado en primera división el año anterior, en el equipo Asturias de Puntarenas, compañero allá de Alexander Guimaraes.

El traslado de los juegos de diciembre a enero 1982, por un "temporal" que afectó mucho el Caribe, facilitó la descalificación, pues el trámite en contra de Santo Domingo no habría sido posible por falta de tiempo.  También participó el equipo de béisbol, que sí pudo asistir a Limón.

En el siguiente año, el cantón de Heredia presentó un equipo superior a nuestras condiciones.  En el primer partido en San Rafael, el primer tiempo concluyó 29 a 21, pero ya se notaba la diferencia, y para el segundo tiempo el equipo nuestro claudicó muy pronto. 

Únicamente algunos jugadores mantuvieron el estandarte, como Luis Diego Molina Ruiz, fallecido en días recientes; él era un jugador más experimentado y se mantuvo en liza, al igual que su cuñado Édgar, siempre combativo.  Los demás "volcamos el rey" poco después del descanso intermedio.  Se admitían dos participantes pasados de la edad límite, y Luis Diego era uno de ellos junto con Emilio Vargas.

Otro de los jugadores, que falleció el mismo día que Luis Diego, fue Milton Villalobos, pariente suyo por el lado de su esposa, y la mayoría como él, con excepción de los antes mencionados, no alcanzaba a conformar un cuadro con el nivel suficiente para el acrecentado desafío.  En mi caso, la miopía era un sensible impedimento, que me hacía jugar con inseguridad y lentitud, algo que años después pude superar con los lentes de contacto.  El encuentro con algunos de aquellos compañeros de sana diversión, o su despedida cuando dejan esta tierra, siguen siendo momentos significativos.

No volví a interesarme por los juegos nacionales, salvo en su fase conclusiva anual, que era televisada; entre las últimas veces la de 1990, cuando fueron ganados por el cantón anfitrión, San Ramón.  El baloncesto, como todo deporte, fue de carácter más bien recreativo para mí y para aquellos con lo que compartía la cancha, apenas con participación en torneos de Juegos Laborales en ese espíritu, y lógicamente sin logros.

Otras representaciones del cantón, tanto en béisbol, como en el mismo baloncesto, voleibol, ciclismo, y otros deportes, han posicionado el nombre de Santo Domingo en lugares de honor.

Juan E. Cruz A.     9-12-2020

domingo, 29 de noviembre de 2020

La figura del Jefe Político en la historia municipal

 

Otros apuntes sobre la historia municipal

 

Hace unos años, leyendo actas de los años 30 del siglo XX de la Municipalidad de Santo Domingo, me intrigaba la presencia del "Jefe Político" en las sesiones del Concejo Municipal, sin siquiera dar su nombre.  Quedaba como en misterio su presencia en dicho colegio, tal vez ya acostumbrado al gobierno local como lo conocemos en el siglo XXI.

 

Este funcionario existía en los pueblos y era la autoridad política en representación del Gobierno de la República.  Tenía a su mando las fuerzas policiales, y con el Código Municipal de 1998 se suprimió, al igual que los Gobernadores de las cabeceras de provincia.  También mencionamos en otra ocasión que, incluso después de esa reforma, por algún tiempo el Gobierno Central mantuvo un representante en el recinto municipal, al menos en nuestro cantón, al que se llamaba "delegado presidencial".

 

Para los que vivieron aquella realidad no había probablemente ningún misterio.  Sus funciones las hemos consignado de las Ordenanzas Municipales de 1867, y recientemente, en el ensayo de don Cleto González Víquez de 1900 se hace una relación histórica desde finales de la colonia.  Hace 100 años en Santo Domingo el jefe político fue uno de mis tíos abuelos, después del gobierno de los Tinoco, como lo menciona el libro - biografía de la Licda. Marta Zamora sobre don Víctor Rodríguez y desde luego era un dato de la historia familiar.

 

Don Cleto habla en varias partes de ese funcionario, presente en varias leyes, pero tan temprano como la misma Constitución de Cádiz de 1812.  Entre sus citas de la legislación respectiva:

 

"Habrá un Jefe Político en todas aquellas provincias en que haya una Diputación Provincial".

"El Jefe Político presidirá sin voto el Ayuntamiento de la capital de la Provincia".

"El Jefe Político será el único conducto entre los Ayuntamientos y la Diputación Provincial, así como entre ésta y el Gobierno, al cual debe remitir, para la determinación competente, los proyectos, propuestas, informes y planes que aquélla forma sobre objetos encargados a su vigilancia."

"El Jefe Político, en su Provincia,  podrá usar de la facultad concedida al Rey por la Constitución para arrestar a cualquier individuo cuando el bien y la seguridad del Estado lo exija; pero a condición de poner al arrestado, dentro de 48 horas, a disposición del juez competente".

"El Jefe Político resuelve los recursos o dudas que ocurran sobre elección de los oficios de Ayuntamiento, y los decide gubernativamente y por vía instructiva sin pleito ni contienda judicial."

 

Esta era una legislación pensada expresamente para España.  Ya habíamos visto que diputación provincial existía en León, Nicaragua, y Costa Rica estaba adscrita a ella.  Adicionalmente, como ya habíamos visto, el rey desconoció la Constitución entre 1814 y 1820, y poco después llegamos a la independencia bajo la Constitución, que sirvió de base a nuestra organización.

 

El gobierno local fue un gran avance de la Constitución de Cádiz, al decir de don Cleto.  Imaginamos que el Jefe Político representaba la presencia del poder central, como también había una autoridad en los burgos y aldeas, que no se regían por normas de su arraigo, sino por las disposiciones del monarca.  Para entonces, esa presencia era de tipo militar, y por esta fuerza se atendían los asuntos públicos en general, en especial los de justicia y el mantenimiento del orden, funciones que en la Constitución de 1812 tuvieron una regulación expresa.

 

Atte. Juan E. Cruz A.                   29-11-2020

 

 

 

viernes, 30 de octubre de 2020

Reseña del padre Antonio Van Bakel, sacerdote paulino de nacionalidad holandesa quien residió durante casi 40 años en Costa Rica específicamente en el distrito de San Vicente de Santo Domingo de Heredia

 

El padre Antonio Van Bakel

El padre Antonio Van Bakel falleció el 29 de octubre del 2010.  Durante casi 40 años residió en nuestro país, propiamente en San Vicente de Santo Domingo, en mi vecindario.  Fue un sacerdote paulino de nacionalidad holandesa que originalmente vino a impartir clases en el colegio Seminario, regentado por esa orden religiosa, en la década de los cincuentas, y posteriormente regresó para hacer de Costa Rica su segunda patria.

 Colaboró con las parroquias de San Pablo, como vicario cooperador, y de Santo Domingo de Guzmán.  Muchas veces lo veía pasar por el frente de mi casa, rumbo a la misa de la mañana en el templo del Rosario, en carro o, sobre todo en sus últimos años, a pie.  Se veía siempre serio, y así era su saludo; decía muy sentidas homilías a las que, en compañía de mi madre, yo solía asistir en la misa de 4 del vecino cantón.  Su particular pronunciación del castellano le permitía hablarle al corazón de los oyentes.

Como una breve pero sentida anécdota que conservo en la memoria, ese último año, estuvimos en la eucaristía del día de la Madre, 15 de agosto del 2010, solemnidad de María.  Desde la tercera banca del pequeño templo de San Pablo, escuchamos del padre Antonio una profunda reflexión en honor de las madres y recuerdo de la suya.

Con su mirada grave como dirigida a nosotros, dijo tales elogios de la madre, con referencia a la de él fallecida hacía 68 años, que yo creía obligatorio abrazar a la mía en forma muy expresiva.    En sus silencios durante su exposición, sentía yo que los ojos del Padre Antonio quedaban fijos en los míos, como si me exhortara a ello, por él y por mí.

Pero los escrúpulos ante la concurrencia me detuvieron, hasta cuando ya había salido casi toda la gente.  Son situaciones para las que no estamos preparados y cuando deberíamos ser espontáneos.

En días posteriores yo esperaba encontrarlo en esas sus caminatas, para agradecerle, pero a fin de mes cayó enfermo, para  no levantarse.

Cuando falleció, consideré que aquellas últimas palabras pudieron haber sido una despedida, y quizá una llamada de su mamá desde el Cielo. Así le pude dar algún sentido sobrenatural a todo aquella circunstancia, cuando pocos años después mi madre nos dejó y venía a mi mente aquella circunstancia tan emotiva.

Su funeral fue muy concurrido y concelebrado por el Arzobispo y muchos de sus hermanos sacerdotes, todos ellos más jóvenes que el Padre Antonio.  Llevaron su féretro en hombros hasta su última morada, en los jardines del templo de San Pablo de Heredia.

Quizá sirvan estas palabras en recuerdo de un hombre de Dios, como sin lugar a dudas fue el Padre Antonio van Bakel, quien vivió como predicó y fue llamado de este mundo con fama de santidad.

 Atte. Juan E. Cruz A.       Vie 30/10/2020 15:45

 

 

miércoles, 28 de octubre de 2020

Interesante cruce de comentarios entre Juan E Cruz A y Luko relacionado con publicación que realizara este último y que tiene que ver con el nombre de paso de la vaca en San José, puentes en arco y el apellido Montes de Oca.

 

Nuevo artículo- Montes de Oca


Gracias, Luko.

Precisamente; esa tesis del "pasito" navideño no me convence; me ha parecido muy tardía, como dicen los intérpretes.  El nombre "paso de la vaca", por lo que se lee, es muy antiguo, como casi todos los nombres en San José.  Y aunque hace 200 años ya se hacían "portales" en San José, hay varias partes en ese documento en donde se hace referencia a ese "paso" como un paso sobre el río.

 Por ejemplo, el Barrio de la Merced tiene una descripción "hasta la confluencia de la quebrada de los Negros con el río Torres; de aquí aguas abajo hasta el Paso de la Vaca, y de allí, rumbo recto al Sur, hasta el puente de piedra en la calle nueva del Espinal".  Detalle: esto de "rumbo recto al Sur" hace pensar que el puente sobre el dicho paso estaba más al este de donde hoy se observa.

 Cierto que ya para entonces existía un "Cuartel del Paso de la Vaca", que sería como un barrio o caserío, el cual tal vez le dio nombre al paso del río según la tesis del "portal" o, como yo creo, a la inversa.  Pero bien, podría ser que ambas explicaciones sean correctas.

 En relación con el "nuevo puente de piedra" al final de la "nueva calle del Espinal", dije que anteriormente se hacían de madera; en nuestro país, desde luego, pues esas edificaciones son antiquísimas.  Pero probablemente en Costa Rica, que fue una provincia muy pobre, y a veinte años de la independencia, el material predominante habría sido la madera.

 Recientemente, el Ministerio de Cultura reactivó una solicitud del Grupo Cívico Domingueño, del año 2012, para proteger los puentes de piedra del cantón, a los que se refirió don Mariano hace 30 años.

 Atte. Juan E. Cruz A.            Mar 27/10/2020 14:43

 

 El mar., 27 oct. 2020 a las 6:53, Luko Hilje (<lukohilje@gmail.com>) escribió:

¡Muchas gracias por amplio comentario y explicación! Siempre se mantiene uno aprendiendo!

Aunque supongo que sabés, según un relato de don Fabio Baudrit, que al Paso de la Vaca lo bautizaron así por un pasito navideño que había en una vitrina o ventana en el que, a falta de buey, pusieron una vaca.

Un abrazo

Luko


El lun., 26 oct. 2020 a las 17:34, Juan Ernesto Cruz Azofeifa (<juan.ernesto.cruz@cgr.go.cr>) escribió:

Estimado Luko

A propósito de este apellido, con motivo del fallecimiento de un miembro de esa familia hace un año, don Mario, mi padre me comentó que fue su compañero de escuela en San Ramón, allá por 1940 o 41.  Los Montes de Oca tenían dos farmacias allá, y con posterioridad a la situación de 1948, emigraron.  Viven aún varios miembros de esa generación, y estuve en misa de recordatorio que celebró su sobrino el padre Emilio, en Sabana Sur.

Hace unos meses, por algún interés en historia municipal, estuve viendo un libro sobre la división territorial, publicado en 1980, cuyos autores son Carlos M. Soto Guevara, Eduardo Protti Martinelli y Mario Sáenz Cubero.

Se incluye una relación del Jefe Político de San José, del año 1841, sobre los linderos o límites de todos los barrios y cuarteles, los que serían posteriormente cantones y distritos al sur del río Virilla, desde La Unión hasta Pacaca.

Hay referencias geográficas que seguramente se descontinuaron con el tiempo, pero muchas otras permanecen.  Se menciona "el nuevo puente de piedra", como punto final siguiendo "la calle del Espinal" desde el paso de la Vaca.  Hay una "esquina de la familia Montes de Oca" mencionada en esa calle.

Acerca del Paso de la Vaca, da la impresión de que era un paso de río. Imagino que, puesto que los ríos corren de este a oeste, se explica que los trayectos viales sigan, incluso hoy, ese sentido preferentemente, y en cambio, toda circulación de norte a sur requería "pasos" por los arroyos o ríos.  Del nuevo puente del Paso de la Vaca no se precisa el material, pero sí es simbólico que del puente ubicado en sentido opuesto -que sería al sur de la capital- al final de "la calle del Espinal", se diga expresamente que era un puente de piedra, probablemente sobre el río María Aguilar.

Imagino que anteriormente los puentes eran de madera.  El artículo adjunto es del recordado don Mariano Azofeifa, quien escribió sobre los que hubo entre Santo Domingo y el cantón Tibás, con ocasión de la ampliación que se hizo en 1990 sobre la actual ruta 5.  En 1826 se construyó un puente de vigas de roble negro, acota, y posteriormente fue sustituido por uno de piedra.  La desaparición del cual, en 1928, fue objeto de muchas visitas de los habitantes, como comentaban mis abuelos que, recién casados, fueron a ver ese destrozo.

En el conocido mapa de 1851 de la ciudad capital, se ubica la esquina de los Montes de Oca en la actual avenida Central, lo que es sencillo de determinar desde otros puntos, como la antigua Iglesia de la Merced.  Si se cuentan cuadras, dicha esquina se situaba diagonal a la esquina sur oeste del Mercado Central.

 

https://www.sinabi.go.cr/biblioteca%20digital/mapas/Mapas%20y%20planos%20de%20San%20Jose.aspx#.X5dR0NBKjIU

 

Buen día, amigos! Comparto con ustedes este nuevo artículo mío, aparecido esta mañana en Nuestro País. 

El enlace es el siguiente:

https://www.elpais.cr/2019/08/01/el-origen-del-toponimo-montes-de-oca/

Con aprecio,

Luko

 

miércoles, 14 de octubre de 2020

La Orquesta filarmónica femenina de Santo Domingo de Heredia, agrupación musical creada en 1943 lo conformaban una serie de talentosas jóvenes que con sus instrumentos deleitaban a los amantes de la música. El recuerdo de sus melodías se desvanecen conforme pasan los años y sus integrantes muchas veces olvidadas van partiendo al mas allá.

 

 

Orquesta filarmónica de Santo Domingo de Heredia

 

 

La recordada filarmonía femenina de Santo Domingo, creada en 1943, se va quedando sin sus fundadoras, que por el paso natural de la vida, van dejando esta tierra de los mortales, como recientemente doña Claudia Gómez Umaña. Al acercarse el 80 aniversario sería propicio que alguna de las personas que investigan la historia, realizaran la propia sobre aquel distinguido grupo de jóvenes.

 

Don Manuel Freer, su director, había sido contratado por la Municipalidad, me parece que en 1937, una vez jubilado como profesor de música.  Tuvo una larga trayectoria como director de bandas,  maestro de capilla en la basílica de los Ángeles, y como docente, era lógico que en nuestro cantón convocara preferentemente a la juventud, tanto varones al principio, como luego muchachas.  Con doce años de edad, mi futura madre se integró al grupo original.

 

Hace un tiempo, conversaba yo con sus primas del costado del templo del Rosario, una de las cuales falleció también recientemente, y elogiaban la elegancia de las intérpretes, que pasaban tocando frente a su casa al terminar "el recreo", y mucha gracia les hacía verla a aquella, niña y joven como las otras, en ese porte tan llamativo, con su clarinete requinto.

 

Una sensación similar me inundó hace pocos años, en un desfile cerca de la municipalidad, cuando veía a los alumnos y alumnas que iban entonando en forma tan sonora y distinguida; sentí nostalgia, y en la acera vi a doña Elvia Esquivel como espectadora.  Le dije: "¿se acuerda?", y asintió con una gran sonrisa.

 

Atte. Juan E. Cruz A.    miércoles 14 de octubre 2020

 

lunes, 5 de octubre de 2020

Bonita historia sobre la visita realizada por el señor Francisco Cruz maestro pensionado, a la zona donde trabajó como maestro unidocente allá en la península de Nicoya en el Encanto de Jicaral de Puntarenas.

 

Relato familiar

 

El 5 de octubre de 1950 ocurrió el conocido como terremoto de Nicoya.  Esperaba encontrar hoy en la prensa escrita una mención a la fecha, que es también la del cumpleaños de mi padre.

 Ese día estaba él como maestro rural unidocente en la península, en El Encanto de Jicaral de Puntarenas.  Desde siempre que se hablaba de temblores en mi casa, mi padre hacía mención de aquel evento.

 Más recientemente, contaba que los niños corrieron hacia donde él, se le arrimaron como en racimo a su alrededor, presas del miedo.

 En enero del 2018 fuimos a conocer aquellos parajes, de los que tantas veces había hablado.

 Habíamos llegado desde Paquera, donde estuvimos un buen rato, y por un camino en mal estado que, por cierto, al poco tiempo el MOPT empezó a reparar, a Playa Naranjo y Jicaral.

 El pueblo, con calles pavimentadas, comercio, restaurantes, y un gran templo católico, le pareció muy distinto a mi papá.  "Lo que era Jicaral", exclamaba.

 Contaba de su viaje en la panga, y del atracadero el cual, tras preguntarle a gente de edad, más o menos lo ubicamos detrás de una barriada.  Recordó que la noche de su llegada desde Puntarenas, debió dormir en una banca del comisariato, y al día siguiente se fue a pie hacia su destino.

 Nos alojamos y pasamos dos noches en un hotel algo retirado.  Volvimos al centro el día siguiente y preguntamos por "El Encanto".  Por señas tomamos por caminos de tierra hacia los cerros, pero nos informaron de un lugar así llamado, que no era el mismo que mi padre conoció.

 Subiendo más, arribamos a un caserío que llaman "La Tigra", y desde ahí, nos indicaron dónde había estado el viejo "El Encanto".  En La Tigra había una señora coetánea de mi padre, y con ella conversó bastante de todas las personas que él recordaba.  Casi todas habían emigrado.

 El carro no podía llegar al viejo asentamiento, y me fui caminando en descenso por una cuesta de más de un kilómetro, hasta llegar a un yurro.  Mi papá me había dicho dónde más o menos había estado el sitio, y advertido por las gentes y mi comprobación, no encontré nada más que un paraje agreste, sin rastros de casa ni escuela o algo parecido.

 Luego bajamos de aquellas alturas, desde donde veíamos el Cerro Azul, máxima altitud de la península, y otros promontorios que llegan a 1000 metros.  Fuimos a Hojancha y Ciudad Carmona.  Muchos ramonenses habían emigrado a la península, inclusive mi tía y primos que, como en aquella época en que papá daba clases, se hallaban al otro lado, en Cóbano, desde donde luego se fueron a la zona bananera.  En Hojancha se estaba realizando un homenaje,  a un benefactor sacerdote español que tenía muy pocos días de fallecido, el Padre Luis Vara.  De mi parte había visitado estas dos ciudades hacía 34 años, es decir, 34 años después que mi papá.

 

Juan Ernesto Cruz Azofeifa         Lun 5/10/2020

 

 

lunes, 28 de septiembre de 2020

Los puentes en arco de piedra ubicados en el cantón de Santo Domingo en especial en la parte este del mismo, forman parte del legado que nuestros antepasados nos dejaron y que debemos proteger

 

Los puentes de arco en piedra de Santo Domingo de Heredia

 

“No te rindas ante el problema,

mas bien ríndete a los pies de Dios.”

 

El Grupo Cívico Domingueño solicitó desde el año 2012, al Ministerio de Cultura, la declaración de patrimonio histórico para los puentes de arco en piedra de Santo Domingo de Heredia, específicamente del sector este del cantón. Recientemente dicha solicitud que dormía el sueño de los justos fue impulsada por la Sra Roció Quilis vecina del sector,  con el fin de contribuir a la consecución de dicho objetivo.

El historiador Rafael Bolaños con fotografías del Señor Fausto León en su escrito sobre este tema, afirma, entre otros puntos, lo siguiente: Santo Domingo de Heredia está interconectado con sus distritos y cantones aledaños por medio de puentes de piedra…Fueron contratados con el Ingeniero italiano José Riggioni a finales y mediados del Siglo XIX, así como a principios del Siglo XX. Estas obras de infraestructura se dieron por la exitosa economía del café que permitió a la municipalidad domingueña contratar estas obras. Algunos costaron menos de dos mil pesos oro.

La historia de este tipo de estructuras se remonta a los Etruscos , antes que los romanos. Estas obras de ingeniería han resistido el paso de los siglos y hoy en día son verdaderas joyas mundiales.

Costa Rica los posee y deben ser protegidos porque son la manera cómo otras culturas y generaciones hicieron frente a las circunstancias y problemas de ese momento histórico; además, evidencia la forma como se avanza en el conocimiento de la humanidad.

Las generaciones actuales y futuras de domingueños deben conocer sus orígenes en todos los ámbitos para valorar el aporte de nuestros antepasados y aprender a resolver los nuevos desafíos de la humanidad.

Esperamos que el Ministerio de Cultura actúe, en estos tiempos de pandemia, con una visión amplia y proteja el patrimonio histórico del Cantón.

 

GRUPO CÍVICO DOMINGUEÑO                   Lunes 28 de setiembre del 2020


Se adjuntan fotografías que don Nicolás Boeglin,  quien presidía el Comité de Bandera Azul Ecológica de San Miguel envió en el 2012 al Comité Cívico Domingueño y corresponden a puentes en arco de piedra ubicados en la parte este del cantón de Santo Domingo de Heredia.








 



viernes, 25 de septiembre de 2020

Reinstalación del Régimen Municipal 1820-2020,

 

Reinstalación del Régimen Municipal 1820-2020,

 

 

En el periódico Gente de este mes nos enteramos de la publicación del libro Bicentenario de la Reinstalación del Régimen Municipal 1820-2020, del historiador Percy Rodríguez Argüello.

 

Hemos estado repasando la obra de don Cleto González Víquez del año 1900, sobre la historia de ese régimen en el siglo XIX, que la visualiza desde su perspectiva de jurista y hombre público, que reconocía el indispensable papel de los municipios en la democracia.

 

Por lo que leemos de don Cleto, y posteriormente esperamos hacer lo propio con este nuevo trabajo del Lic. Rodríguez, las Cortes de Cádiz en 1812 estipularon considerables disposiciones para los gobiernos locales, denominados "ayuntamientos", si bien para 1814 el rey Fernando VII desconoció todo lo acordado.  En 1820, presionado por las circunstancias, según dice don Cleto, el rey debió aceptar la competencia de las Cortes y la Constitución de 1812, para desconocerlas nuevamente en 1823.

 

Para entonces, ya Costa Rica era independiente, así que aquella constitución y su legislación fue la base del ordenamiento subsiguiente en ese y otros campos.

 

Antes de las Cortes, en la última década del siglo XVIII y primera del XIX, explica don Cleto que los documentos del Gobernador Tomás de Acosta narran la dificultad para constituir las municipalidades, en especial por el analfabetismo y la pobreza reinantes, y finalmente aduce que "sólo Cartago tenía, pues, derecho a tener Ayuntamiento, mas no siempre lo hubo".  1804 es el último año en que existió, aunque reapareció en 1818.

 

Las Cortes se constituyeron en Parlamento y después de emitir la Constitución, aprobaron diversa legislación, entre ella alguna que involucraba a los ayuntamientos. La Constitución creó las Diputaciones Provinciales, que en nuestro caso correspondió una Diputación a León de Nicaragua, y la Provincia de Costa Rica se agregó a ella. Los puestos de Regidores, Procuradores y Alcaldes son creados en la Constitución, y un 23 de junio de 1813 las Cortes aprobaron una instrucción o ley para el gobierno económico-político de las provincias, con funciones detalladas para los Ayuntamientos y las Diputaciones.

 

Las disposiciones de la Constitución de 1812 sobre ayuntamientos, permitieron a don Cleto expresar: "todo esto que hoy nos parece el abecé de la legislación municipal se decretaba entonces la primera vez por el legislador español y significaba un espléndido triunfo para las ideas de libertad y de democracia".

 

Atte. Juan E. Cruz A.   25 setiembre 2020

 

jueves, 27 de agosto de 2020

Jubileos dominicanos

 

Jubileos dominicanos

 Hemos estado pasando por varios centenarios de la orden de los Dominicos o Dominicanos, u Orden de Predicadores, con jubileos para ellos y para quienes somos feligreses de parroquias dominicanas.

 En el 2016 fue el jubileo por los 800 años de la fundación de la Orden, y en 2017 se recordaron los 400 años del fallecimiento de Santa Rosa de Lima, primera santa de América y su patrona. En el 2019, por 600 años del fallecimiento de San Vicente Ferrer.  Ambos santos se conmemoraron durante su año jubilar.

 El 6 de agosto del 2021, se recordarán 800 años de la muerte de Santo Domingo de Guzmán.

 Durante la eucaristía por los 799 años, el cura de la Dolorosa, Fray Víctor, se refirió al jubileo del Santo, y explicó brevemente la razón por la que la fecha litúrgica es el 8 y no el 6, dado que la solemnidad de la Transfiguración del Señor se celebra ese día.

 Como sabemos, en nuestra parroquia, como en muchas otras, se celebró tradicionalmente el 4 de agosto, adonde había sido ubicada por el antiguo calendario litúrgico, pero cambiada al 8 de agosto en el nuevo calendario romano posterior al Concilio.  Algunas fuentes actuales ponen el 4 como fecha de su fallecimiento, lo que podría explicar por qué se fijó anteriormente la celebración ese día, algo que será necesario confirmar.

 El recordado padre Rodrigo Castro Lépiz, párroco en Santo Domingo de Heredia, hizo el traslado de la fiesta patronal al 8 de agosto, y estuvo así durante unos años.  Posteriormente, el padre Freddy Chacón Serrano la restableció al 4, pero una vez que el Papa Benedicto XVI declaró al santo cura de Ars, San Juan Bautista María Vianney, patrono de los sacerdotes en junio del 2009, cuyo fallecimiento y fiesta corresponden al 4 de agosto, el padre Freddy dispuso que Santo Domingo de Guzmán en nuestra parroquia se celebraría el 8.

 Como fecha de nacimiento de Santo Domingo se menciona el 24 de junio como también el 8 de agosto.  Así que, entre el 4, el 6 y el 8 de agosto, hay cierta base referencial para su nacimiento y su muerte.

 La orden de Predicadores, según leemos en una nota de EWTN, fijó el jubileo para el año que empieza el 6 de enero del 2021 y hasta la Epifanía del 2022, mientras que la diócesis de Osma-Soria, en Castilla y León, España, patria del santo y donde fue canónigo de su catedral, está ya en un Año Santo desde el pasado 8 de agosto.

Lunes 24 agosto   2020                                 Juan Ernesto Cruz

 

jueves, 30 de julio de 2020

Esta síntesis sobre la historia municipal nos proporciona una series de datos importantes del pensamiento de nuestros antepasados sobre el régimen municipal

HISTORIA MUNICIPAL

Referimos ya al ex Presidente don Cleto González Víquez, quien en un estudio del año 1900, reproducido por la Revista de Costa Rica del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes en 1975, desarrolla un ensayo sobre la Historia y la Legislación del Régimen Municipal de Costa Rica en el siglo XIX.

A lo largo de ese escrito, don Cleto va repasando las normas que, desde los últimos lustros del período colonial, y a lo largo del siglo, se fueron sucediendo para potenciar, o por el contrario detener, el desarrollo del régimen municipal.

Nos llamó la atención que en el año 1844 se dictó la Segunda Constitución del Estado, con mandatos y principios avanzados:

"1-En cada pueblo, por pequeño que sea, habrá Municipalidad electa popularmente.

2-Siendo los intereses particulares de los pueblos de diferente naturaleza de los generales del Estado, el poder municipal que los representa es independiente de otro alguno en tanto que no toque en ejecución de disposiciones generales, pero queda sujeto a la responsabilidad que en su caso declare el Senado.

3-Las Municipalidades tendrán un ejecutor de sus acuerdos que no podrá ejercer destino alguno dependiente del Ejecutivo.  La ley arreglará atribuciones."

Agrega el ex presidente: "Esta carta significa un gran adelanto en la Legislación Municipal. En primer lugar, declara de un modo categórico que las Municipalidades son independientes del Gobierno y tienen el derecho de elegir un ejecutor de sus acuerdos que no será en ningún caso subalterno del Ejecutivo." Como segundo punto destaca don Cleto un punto 4 que omitimos, sobre la responsabilidad de los cuerpos municipales ante el Senado, quien vería también los recursos sobre nulidad de elecciones.

Dice don Cleto: "Lo primero -la independencia de los cuerpos municipales- nunca ha sido verdad; pero también es cierto que ninguna ley, ni anterior ni posterior, la ha proclamado.  Es un gran mérito de los constituyentes del 44."

"Lo segundo, agrega, ya hemos visto que era materia reservada al Jefe Político del Departamento, dependiente del Ejecutivo.  Es decir, que estaba en manos de este Poder el punto más trascendental del buen gobierno de los pueblos y la condición sine qua no hay libre régimen local."

Se refiere a la nulidad de las elecciones municipales, y al Jefe Político que pre existía a esta Constitución, denominado Intendente en los inicios de la vida independiente.

Sobre la independencia municipal, ampliamente valorada por este prohombre de nuestra patria, tenía él a la vista la Constitución de 1871, que rigió hasta que en 1949 la carta vigente estableció la autonomía municipal.

La Constitución de 1844 duró poco, pues en 1847 se emitió otra, que don Cleto la califica como "el reverso de la medalla" en cuanto a la "independencia municipal"; pero ya en 1848 hubo una nueva Constitución Política, dado que, "a solicitud de la mayoría de las Municipalidades se decretó una reforma general".

"Por todo principio fundamental estableció esta Constitución que se constituyeran Municipalidades en las capitales de provincia y cabeceras de cantón.  Suprimió, pues, todas las corporaciones menores". 

Se dispuso, así, el sistema de gobierno cantonal que rigió en lo sucesivo.

A fines de ese año 1848 se dictó una Ley Orgánica de Municipalidades, antecedente directo de las Ordenanzas Municipales de 1867, que hemos reseñado en otra ocasión.


Juan Ernesto Cruz A         29 julio 2020