Basílica de Santo Domingo de Guzmán
Recopilación: Fausto F. León Chacón
Construcción de la Basílica:
La primera piedra de la Basílica de Santo Domingo de Guzmán fue colocada mediante un acto formal con la presencia del Obispo y Delegado Apostólico Luis Bruschetti y fue consagrada el 23 de julio de 1891 por el Obispo Bernardo Augusto Thiel.
El gestor de la construcción de tan bella obra fue el padre Benito Sáenz y Reyes (21-3-1832 a 29-6-1919), el padre Sáenz había sido ordenado sacerdote el 7 de junio de 1855 y es considerado hoy día en Santo Domingo como uno de sus benefactores más distinguidos.
Problemas en la edificación a causa de terremotos:
Terremoto de Cartago (6,4 grados en la escala Richter). El 4 de mayo de 1910 ocurrió la peor catástrofe sísmica en la historia de Costa Rica, con un saldo de muertos que se calcula entre 400 y 700 muertos. Se desconoce el dato exacto porque muchos fueron enterrados casi inmediatamente, para evitar pestes y enfermedades. Cartago fue totalmente destruida.
Este sismo, que aunque fue muy fuerte en el valle central no tuvo muchas consecuencias en la zona de Santo Domingo.
Terremoto de Orotina (7,0 grados en la escala Richter). Fue seguido por varias réplicas con magnitudes entre los 5,0 y los 6,4 grados en la escala Richter. El terremoto del 4 de marzo de 1924 generó innumerables daños en la línea férrea, gran cantidad de deslizamientos, caída de rocas y agrietamientos del suelo. Además, 70 personas perdieron la vida.
Este terremoto si afectó fuertemente la zona de Santo Domingo y causó grandes daños en la Basílica. Parte de los daños fueron la destrucción de sus torres, el presbiterio y los vitrales originales, entre otros daños.
Los trabajos de reparación tuvieron que esperar hasta 1927 y las obras fueron asignadas a la empresa de Doña Adela de Jiménez; quizás la constructora más grande de Costa Rica en la primera mitad del siglo XX. Además de la construcción de las nuevas torres y el presbiterio fueron encargados los nuevos vitrales
Los vitrales:
Los 26 vitrales fueron encargados a la casa: Dr. Henry Oidtmann en Linnich, Alemania, tuvieron un costo de 900 colones cada uno y fueron traídos a Santo Domingo en 1928.
