jueves, 10 de diciembre de 2020

Una reseña sobre la participación de los deportistas de Santo Domingo de Heredia en Juegos Nacionales.

 

Santo Domingo de Heredia en los Juegos Deporstivos Nacionales

Según he leído la primera edición de los Juegos Deportivos Nacionales fue en diciembre del año 1976, aunque otras fuentes dicen 1979 y 1981 para el primer torneo.  En baloncesto masculino Santo Domingo presentó un equipo en ese año 1981, y clasificó, primero en Heredia tras vencer a Belén, y posteriormente a Goicoechea.  Recuerdo que en la visita a Guadalupe perdimos por un punto, y posteriormente, en el Gimnasio del Liceo de Heredia, ganamos por dos.

Sin embargo, Santo Domingo fue eliminado porque en nuestra alineación se incluyó un jugador que había estado en primera división el año anterior, en el equipo Asturias de Puntarenas, compañero allá de Alexander Guimaraes.

El traslado de los juegos de diciembre a enero 1982, por un "temporal" que afectó mucho el Caribe, facilitó la descalificación, pues el trámite en contra de Santo Domingo no habría sido posible por falta de tiempo.  También participó el equipo de béisbol, que sí pudo asistir a Limón.

En el siguiente año, el cantón de Heredia presentó un equipo superior a nuestras condiciones.  En el primer partido en San Rafael, el primer tiempo concluyó 29 a 21, pero ya se notaba la diferencia, y para el segundo tiempo el equipo nuestro claudicó muy pronto. 

Únicamente algunos jugadores mantuvieron el estandarte, como Luis Diego Molina Ruiz, fallecido en días recientes; él era un jugador más experimentado y se mantuvo en liza, al igual que su cuñado Édgar, siempre combativo.  Los demás "volcamos el rey" poco después del descanso intermedio.  Se admitían dos participantes pasados de la edad límite, y Luis Diego era uno de ellos junto con Emilio Vargas.

Otro de los jugadores, que falleció el mismo día que Luis Diego, fue Milton Villalobos, pariente suyo por el lado de su esposa, y la mayoría como él, con excepción de los antes mencionados, no alcanzaba a conformar un cuadro con el nivel suficiente para el acrecentado desafío.  En mi caso, la miopía era un sensible impedimento, que me hacía jugar con inseguridad y lentitud, algo que años después pude superar con los lentes de contacto.  El encuentro con algunos de aquellos compañeros de sana diversión, o su despedida cuando dejan esta tierra, siguen siendo momentos significativos.

No volví a interesarme por los juegos nacionales, salvo en su fase conclusiva anual, que era televisada; entre las últimas veces la de 1990, cuando fueron ganados por el cantón anfitrión, San Ramón.  El baloncesto, como todo deporte, fue de carácter más bien recreativo para mí y para aquellos con lo que compartía la cancha, apenas con participación en torneos de Juegos Laborales en ese espíritu, y lógicamente sin logros.

Otras representaciones del cantón, tanto en béisbol, como en el mismo baloncesto, voleibol, ciclismo, y otros deportes, han posicionado el nombre de Santo Domingo en lugares de honor.

Juan E. Cruz A.     9-12-2020