domingo, 15 de diciembre de 2019

Una reseña sobre la adquisición de los terrenos donde se construyó la antigua casa cural y su posterior destrucción..


Aniversarios en Santo Domingo de Heredia

En el 2019 hay varios aniversarios para Santo Domingo, que tienen relación con antecesores de mi parentela.

Centenarios como el del padre Benito Sáenz, también los hay de quienes soy bisnieto; uno de ellos, don Ramón, subvencionó la traída de la estatua o imagen de Nuestra Señora del Rosario, que llegó al país después de su fallecimiento.

La historia de familia cuenta que don Ramón contribuyó económicamente para que la Iglesia adquiriera las propiedades donde están hoy la casa, la oficina y el salón de la parroquia, lo cual sucedió en 1915.  Eran dos propiedades de don Rafael González Ocampo, el padre de doña Chayito, con frente a lo que posteriormente sería la plaza y luego el campo de juegos de la escuela.  En aquellos tiempos, eran inmuebles de propiedad particular.

Dichas fincas eran originalmente de 1200 varas cuadradas la parte norte, y 800 varas cuadradas la parte sur, y fueron adquiridas por don Rafael, respectivamente, en 1901 y 1906.  El 20 de julio de 1915 las vende a las Temporalidades de la Iglesia por 3000 y 1000 colones, respectivamente, según documento público

La compra que realizó don Rafael en 1901, que es de la parte norte, consigna la siguiente advertencia del vendedor, don Jesús Campos González; "que para la apertura de calles de la villa de Santo Domingo, se ha expropiado partes de la área del terreno sin que se le haya indemnizado su valor pudiendo en consecuencia reclamar el comprador los derechos que por ello le correspondan", y la salvaguarda adicional de que el área podría tener diferencia de medida sin responsabilidad suya.

Don Jesús era propietario desde el 14 de julio de 1894, y hasta el 2 de febrero de 1901, por lo cual la apertura de calles debió ocurrir en ese trecho final del siglo XIX, en referencia al menos a la calle sur de la Basílica.

En el libro de Ana Isabel Herrera Sotillo, titulado "Monseñor Thiel en Costa Rica. Visitas pastorales 1880-1901", narra la que realizó a la provincia de Heredia en 1895.  Reseña sus actividades en cada parroquia y sus ermitas.  El 31 de julio llegó a Santo Domingo, y entre otras recomendaciones por medio de "decreto", manifiesta: "nuevamente se recomienda al señor Cura y a los feligreses la construcción de una casa cural en el atrio de la nueva iglesia o a lo menos en lugar inmediato a la nueva iglesia".

Fotografías de aquel tiempo presentan edificaciones muy modestas en la parte frontal de los terrenos mencionados, donde probablemente en 1929 se inició la construcción de la así conocida casa cural.  La parte anterior, donde habitaron las clarisas, las josefinas y los josefinos, y donde inició funciones el colegio Santa María de Guadalupe, probablemente existía puesto que hay algunas fotografías de su interior que lo sugieren.

Ambas edificaciones estuvieron en pie hasta el año 1994.  En febrero, víspera y día de las elecciones nacionales, la más antigua fue desmontada ladrillo por ladrillo.  El palacete de 1929 fue demolido un 8 de diciembre.  Este mes es de aniversario, el número 25, de ese hecho que causó conmoción entre muchos del cantón.  La lucha que dimos para su protección, en algún momento podríamos elaborarla en un documento formal; lo cierto es que se emitió y publicó a tal efecto el decreto ejecutivo 23666-C en fecha 11 de octubre de ese año, pero tuvo corta existencia.  El día 29 de noviembre, se publica el contrario decreto derogatorio sin ninguna justificación documentada, y el amanecer de la solemnidad de María, fue el momento elegido para su destrucción.

Atte. Juan E. Cruz A.     15-12-2019


miércoles, 13 de noviembre de 2019

Las aceras un problema de nunca acabar.


Calles y aceras

Por años hemos visto publicaciones con posibles soluciones para la cuestión de "las calles" y "las ciudades".  Sin hacer una lista, se han inventado muchos conceptos o epítetos para estas propuestas.  Hay inquietud antigua y permanente sobre ellas.

Una bastante antigua es la retórica de "lo local", que sigue siendo, al cabo de mucho tiempo, una posibilidad.  En materia urbana, quizá algunos grupos vulnerables mueven a acción a ciertas autoridades o políticas públicas, como en el caso de las aceras en los que una ley -o un decreto más bien- "garantiza" que no pueden tener un ancho inferior a 1.20 m.  Lo cual se ha convertido en ley por sí mismo: las entidades de "lo local" se han concentrado en que ninguna acera tenga un ancho superior a 1.20 m, dado que el tribunal constitucional se atiene a él pero, eso sí, en atención solamente a cierta población vulnerable.  Para otros ciudadanos, no hay derecho constitucional ni siquiera a ese ancho mínimo.

Últimamente, se han visto dos movimientos o propuestas que aluden a grupos poblacionales que podrían calificar como vulnerables, quizá pensando en mover a acción o políticas públicas.  "Ciudades amigables con las personas mayores", y "Ciudades para los niños", concepto éste que se asocia a un experto italiano apellidado Tonucci que visitó hace unos meses el país.  "Si una ciudad es buena para los niños, lo será para cualquier otra persona", dijo en una entrevista.

Quizá los niños sean una de esas últimas esperanzas también en materia urbana. "Ahora los vehículos tienen más derechos que las personas", dice Tonucci.  Sobre los adultos mayores, ya va para diez años la propuesta del director de nuestra clínica de Santo Domingo, para crear rutas seguras o "corredores" en la ciudad.

Sobre la gran importancia de los niños, que no puede ser sobrevalorada, leí en un libro publicado hace dos decenios, de la hermana sor Emanuelle Maillard, un pasaje del Padre Pío.

"El padre Pío veía lo invisible.  Cuanto más se identificaba con Cristo en su cuerpo y en su alma, más descubría, maravillado, la belleza de los niños y el papel primordial que ellos están llamados a tener en estos tiempos en que la aplastante mayoría de la humanidad ha perdido todo rastro de Dios.  Le gustaba repetir: "¡Los niños salvarán al mundo!". Un día, sintiendo que su vida se apagaba, llamó a un joven hermano de su convento en el que presentía un alma de fuego:
"Andrea -le dijo-, escúchame con atención: bastarían cinco millones de niños para salvar al mundo. Tú, cuando yo ya no esté, forma grupos de niños. Hazlos orar, adorar, enséñales a hacer sacrificios.  Que todos se consagren al Corazón Inmaculado de María.  Ahora esto es lo más importante."

Quizá tengan razón estos visionarios. Pero, ¿serán escuchados? ¿se seguirá su consejo en forma de acción pública real y efectiva?  El hermano Andrea no se quedó de brazos cruzados; lentamente, veinticinco años después confesó a sor Emmanuelle: "Ya tengo un millón de niños, ¿dónde conseguiré los demás?"  Era todo un movimiento, pero tenía a su favor que no era una cuestión de política pública.

En materia urbana quizá debemos esperar en los cambios tecnológicos y en otros cambios de la sociedad, porque hasta ahora la acción pública ha sido una posibilidad.

Atte. Juan E. Cruz A.       12 noviembre 2019


lunes, 7 de octubre de 2019

Del padre Freddy Chacón se pueden reseñar muchas cosas, algunas de las cuales las menciona en este comentario el señor Juan E Azofeifa.


Algo más sobre el Padre Freddy Chacón

Sobre el Padre Freddy Chacón debe haber infinidad de anécdotas o episodios, algunos de mucha relevancia, otros quizá menos importantes, pero que es grato y valioso rememorar.

En un comentario precedente mencionamos a la Asociación Cívica Domingueña, que fue fundada en mayo del 2001.  En la primera asamblea, estuvo presente el Padre Freddy quien, aunque no se afilió, tomó la palabra e hizo una motivación.

En ese mes, también, empezó a funcionar una "pastoral juvenil" en la parroquia, organizada por el Prof. Jorge Ulate, quien por edad estaba en el límite para esa agrupación, pero con sus grandes capacidades pudo iniciarla y encargarse por al menos dos años, y está hoy todavía bastante activa.

El padre, desde su llegada al cantón, presentaba especial identificación con las actividades litúrgicas, siempre dentro de su personal sobriedad.  Para la primera fiesta patronal, invitó a todos los obispos para cada día de la novena, y en el final del siglo, organizó un congreso eucarístico en la parroquia, que culminó con la adoración, eucaristía y procesión presididas por Monseñor Román Arrieta.  Ante él, en sus visitas, renovaba el padre Freddy su voto de obediencia, con muestra de sentirse en esa declaración muy cierto sobre el significado de ambos ministerios, episcopal y el presbiteral, en el designio apostólico del divino Redentor.

Una nota muy destacada de él era la predicación fuera del templo, tanto en los rosarios de la aurora, en los via crucis de cuaresma, y desde luego en las procesiones de Semana Santa.  Esa práctica hacía más comprometida la participación de los fieles, pues él asumía el protagonismo, como buen pastor.

En el 2008 organizó, junto con los párrocos de Santa Rosa y de Santo Tomás, una peregrinación a la vecina parroquia de San Pablo, en el año paulino.  Como era su costumbre, predicó durante el trayecto, y con él los presbíteros Gerardo Badilla y Tarciso Méndez (llamado Tarcisio, q.d.D.g.) también lo hicieron.  El apóstol San Pablo era siempre un gran punto de apoyo para las predicaciones del Padre Freddy.

Una de sus prácticas ante la feligresía era la reflexión meditada sobre los documentos pontificios, en las misas entre semana, con la reiterada invitación para conseguir esa literatura y repasarla.  En ese propósito consideró la creación de una mini librería católica, proyecto que no maduró, y que también se ha intentado posteriormente.

Tocó al Padre Freddy, a su llegada, la construcción del salón pastoral, y la organización del sesquicentenario de la fundación de la parroquia, ya en el 2006.  También la restauración de la basílica en el 2010, el año de su partida del cantón.

Todavía pude saludarlo en otras pocas ocasiones: en su antigua sede de La Pitahaya, en la Catedral donde fue nombrado canónigo, y en su natal Desamparados, para el 60 aniversario de su ordenación, donde hizo una gran homilía, como era su característica.

Muchos tendrán recuerdos de su relación más cercana con él, pues en mi caso, se limitan a mis participaciones en las actividades litúrgicas por él presididas.  Para sus 75 años, el Viernes Santo del 2007, llegó al final de la vela nocturna para la procesión; no me atreví a felicitarlo, dada la circunstancia, lo que sí hicieron algunas personas pero con el debido respeto.

Para finalizar, una anécdota a propósito de la pastoral juvenil.

Como se recuerda, la moda entre las muchachas, y otras mujeres no tan jóvenes, en los primeros años de este siglo, era con la blusa corta, de tal modo que se mostraba la parte inferior del torso.  El padre mencionó, en una misa, que algunas personas le decían: "Padre, ¡no ve cómo vienen esas muchachas!".  Él hizo memoria de sus primeros años de sacerdote, cuando en algunas parroquias existía la Legión de María.  La moda en los años sesenta consistía también en una prenda corta, pero de la cintura para abajo. Un sacerdote le decía: "Mirá, Freddy, hay gente que se queja de cómo vienen las muchachas de la Legión de María.  Pero yo les digo: si nos ponemos estrictos, nos quedamos sin Legión de María".  Concluyó: "yo les debo decir lo mismo ahora: si nos ponemos estrictos, nos quedamos sin pastoral juvenil".

Atte. Juan E. Cruz A.       Lun 30/9/2019 03:57







lunes, 2 de septiembre de 2019

El Padre Freddy, persona muy humilde, tolerante, dispuesto siempre a escuchar y sobre todo de una gran preparación, dedicado cien por ciento a la misión encomendada por la Santa Iglesia Católica.,


El Padre Freddy

Como muchos domingueños, conocí el padre Freddy en el año 1997, cuando asumió como cura párroco de Santo Domingo.  Causó a todos, o la mayoría, una impresión muy significativa, en sus celebraciones litúrgicas, algo como un cambio de paradigma o un retorno a él.

No se precisa una sinopsis, para quienes lo conocimos, y referencias podrán obtener los que no lo conocieron.  En su funeral, el pasado 22 de julio, el señor Arzobispo presentó un resumen de su recorrido como sacerdote, adicionado por el Padre Alfonso Mora, su compañero de ordenación, quien se remontó hasta el año 1952 cuando ingresaron al Seminario Central, como se llamaba en ese entonces el recientemente fundado centro de formación.

Fue un presbítero a quien Dios le dio el don de incidir en la personalidad católica de las personas, en una forma que se podría decir pastoral ortodoxa, o nuevamente, paradigmática.  Es decir, con la palabra, con la predicación, con su presencia sobria y señorial, no en un sentido común de estos términos, sino en unión se diría sustancial con su sacerdocio.  Así probablemente podrá decirse de casi todos los elegidos por el Señor para esa misión.

Por su edad a la que llegó a esta comunidad, causaba un respeto y consideración adicionales, como por su palabra muy pura, espontánea, sin previa preparación, sobre tantos años y tanta inteligencia que le mostraban lo que tenía que decir y cómo decirlo, con una voz que le era más que suficiente.  No había que innovar, como corresponde al núcleo de la fe católica.

Las fiestas patronales en agosto y octubre, hasta donde lo supe presencialmente, fueron solamente litúrgicas, como el triduo y las cuarenta horas, la visita de altares en el cierre.  La Semana Santa la concluía con un agradecimiento en la Iglesia del Rosario, tras la procesión del Santísimo Sacramento, y confesaba que se sentía realizado en su sacerdocio, con el acompañamiento de tantos.

"Vine a aprender a ser sacerdote en Santo Domingo de Heredia", decía.  Y al despedirse en diciembre del 2010, lo repitió como tantas veces antes.  También dijo: "Al pasar el puente del río Virilla, dejaré de ser el cura párroco de Santo Domingo de Heredia".  Celebró todas las misas esa vez, para despedirse de todos.

El carácter solamente litúrgico de las fiestas patronales no era de consenso entre los  fieles.  Ordenaba que se repicaran más las campanas para esas celebraciones, aunque nunca consiguió que el templo rebozara de gente, al menos mientras yo asistí.  Creo que los sacerdotes invitados se fueron acostumbrando a un templo medio vacío, como una posible señal de los tiempos.

El padre Freddy insistía mucho en el estudio y la lectura de los textos doctrinales, en especial los del papa Juan Pablo II en aquel tiempo, pero no solamente.  A veces evidenciaba, si es que no lo decía con claridad, una cierta desazón porque sentía que en ese como en otros aspectos, su recomendación pastoral no era seguida.  Por ejemplo, cuestionaba de vez en cuando los numerosos sufragios en las misas, en especial los que eran ya antiguos, lo cual nunca consiguió cambiar.

Conocido yo de eso, un sábado del año 2008 en la mañana, quise ofrecer por el centenario del fallecimiento de una antecesora familiar.  Fui a la sacristía a dejar el dato, pero en "agradecimiento por el centenario de la partida de" ella.  Se lo di al Padre, con esa advertencia y algún gesto de humildad, y al leerlo solamente dijo: "Bueno, está bien."

Cierta vez escribí un pequeño mensaje, en manuscrito; mi reacción a una como tristeza que le percibí al terminar la misa.  Aún puedo verlo con su indumentaria de oficios, esa con la que nos acostumbramos a verlo, caminando con sus brazos caídos; cuando al terminar su plática en la nave central, se volvía hacia el presbiterio, casi siempre con paz, otras, como la mencionada, con cierto aire de insuficiencia.  La conservo; no era necesaria para quien como él, vivía lo que predicaba.

Cuando redacté el agradecimiento y la despedida por el Grupo Cívico, le manifesté que muchos habían seguido su llamado al estudio, y lo decía por mí al menos.  De los tres compromisos que se formaron en mi interioridad hacia este pastor, pero hacia Dios desde luego, ese es uno que he cumplido o estoy cumpliendo.  Los otros dos, más difíciles, si llego a cumplirlos, no los verá él sino desde el Cielo.

En espera de no haber terminado esta reflexión, suscribe atentamente.

 Juan E. Cruz A.
24 de agosto 2019.      Grupo Civico Domingueño


domingo, 4 de agosto de 2019

Oldemar Bolañoss Arce, distinguido domingueño, gran deportista y lider comunal.


Oldemar Bolaños Arce (Gato Bolaños)

En el mes de junio falleció el señor Oldemar Bolaños Arce, quien fue asociado fundador y primer presidente de la Asociación Cívica Domingueña, antecedente del Grupo Cívico Domingueño. Con la intención original de continuar la personería de la Asociación, en el 2007, y al no ser posible por motivos jurídicos, los convocados en ese entonces fundamos el Grupo Cívico.

Don Oldemar fue una persona muy activa en el cantón, y también era reconocido por su trayectoria futbolística en primera división.

Sobre sus logros o esfuerzos en la comunidad pueden los que mejor lo conocieron hacer alguna reseña.  Recuerdo su asociación deportiva; en aquellos años cuando integrábamos equipos para los primeros juegos nacionales, ofreció la personería para que tuviéramos una mejor organización, lo cual no se concretó.

A mi casa llegaba esporádicamente a recoger ayudas para iniciativas sociales que él asumía, en beneficio de personas de Santo Domingo como de otros cantones.  Se quedaba a conversar con mi madre ya hace sus años, dada su confluencia de historia familiar y cantonal, y de afiliación partidaria.  Últimamente, su actividad disminuyó por motivos de salud; la última vez que acudió a mi casa, le mencioné una situación de cierta familia en el cantón, y me contestó: "la tengo pendiente; después de esta, sigo con ellos".  Lo cual no le fue posible.

Una de las gestiones que realizó la Asociación Cívica en la presidencia de don Oldemar fue  para que se diera solución al problema de la feria del agricultor.  Para hacer una digresión histórica según documento presentado a la Sala Constitucional, y sin entrar en valoraciones más allá de las jurídicas,  en aquel tiempo la feria adolecía de dos objeciones.  Una, su funcionamiento estaba sin sustento reglamentario, con un permiso provisional de tres meses que databa de 1990; y otra, que ocupaba toda la vía pública en violación del artículo 95 de la Ley de Tránsito.

Según se lee en la página del Poder Judicial (resolución 2002-07928 de la mencionada Sala), tras algunas gestiones administrativas infructuosas, la Asociación presentó un recurso de amparo ya cuando la presidencia la ocupaba otro asociado, el cual fue declarado sin lugar.  Se constata en ese documento que el problema de la ocupación de la calle se solucionó extendiendo longitudinalmente la feria, y dejando un carril al descubierto, como sucede hasta hoy.

Muy otro fue el criterio de la Sala Constitucional en relación con la feria del agricultor de Heredia, en resolución 12451-2010, principalmente porque, siendo presentada por el director del Hospital, las graves razones que adujo, no contrariadas por el representante municipal, sí fueron atendidas por los magistrados

Juan E Cruz                           3 agosto 2919
Grupo Civico Domingueño

martes, 28 de mayo de 2019

Ensayo sobre el desarrollo municipal en Costa Rica. Se debe conocer el pasado para construir el presente.


Muchos ensayos se han producido sobre el desarrollo municipal en Costa Rica, que tienden a destacar el proceso centralismo a descentralización.



Tal vez pueda citarse el sumario del jurista Ernesto Jinesta, con el título Administración Pública Municipal (Costa Rica), publicado en la Revista de Ciencias Jurídicas de la UCR en el año 2014, que se puede encontrar en la red.

Hay cierta ligereza en hacer resúmenes sobre otras épocas o contextos, pero dado que cuento con acceso a fuentes de alguna antigüedad, como las "Leyes Municipales" que publicó don Óscar Chacón Jinesta en 1958, me parece relevante hacer algunas menciones, no como anecdotario sino porque puede ser de utilidad para las situaciones actuales.

Las "Ordenanzas Municipales" fue una ley que se emitió en 1867.  Desde tales ordenanzas -y seguramente desde antes de ellas- el dominio o control del Poder Ejecutivo sobre las municipalidades, y hasta el Código Municipal de 1998, fue una nota predominante.  Las ordenanzas fueron derogadas en ese código, según se lee, y así se eliminaron unas figuras representativas del gobierno central en los cantones, como fueron el jefe político y, en el caso de cabeceras de provincia, el gobernador.

Tal vez en otra ocasión podría hacerse un resumen de algunas de las funciones del Poder Ejecutivo en el ámbito local -por medio del Gobernador y del Jefe Político- pero ahora me interesa mencionar atribuciones que las ordenanzas daban a las municipalidades ya hace más de 150 años:

"1-Darse los reglamentos que crea convenientes para su régimen  interior".

"2-Promover la educación pública e instrucción moral de ambos sexos".

"3-Ordenar todo lo que conduzca a la conservación de la higiene pública; vigilar por la conservación propagación y mejora del fluido vacuno" (vacuna contra la viruela).

"4-Crear y suprimir los empleados que  juzguen necesarios para la administración de todos los ramos que la conciernen, siempre que la creación o supresión de tales empleados, no estuviere reservada a otra autoridad" (centralismo a salvo).

"5-Designar las personas y el número de hombres con que cada distrito debe contribuir para llenar el pie de fuerza que la ley señala a cada provincia".

"9-Cuidar de la apertura, composición, reparación y ampliación de las calles y caminos vecinales, y de la formación de los puentes y calzadas en los mismos".

"11-Acordar lo conveniente sobre el plantío, cuidado y aprovechamiento de los bosques y montes de la comunidad (ley # 39 de 19 de diciembre de 1848)".

"12-Establecer, suprimir o acordar la traslación de las ferias y mercados, así como de los días en que éstos se celebren, con prohibición de que dichos mercados se pongan en las calles públicas, a fin de no impedir el libre tránsito".

Algunas han llegado hasta años recientes con poco avance.  La 5 recuerda la mención que hizo don Mariano Azofeifa sobre los 350 hombres aptos para el servicio militar, en un folleto de la Municipalidad del año 1989, y cuya fuente no ha sido localizada, según expresó don Germán Bolaños en las memorias de la Campaña Nacional para el cantón (su publicación del año 2007).

Atte. Juan E. Cruz A.        25 de mayo 2019





jueves, 7 de marzo de 2019

Comentario sobre el Padre Delio Arguedas Arguello hijo predilecto del Cantón de Santo Domingo de Heredia quien fuera el fundador del Colegio Santa María de Guadalupe y luchador por el desarrollo comunal.




El Padre Delio: su pensamiento sobre el desarrollo comunal

En los años 80, un grupo de servidores comunales, agrupados en la Unión Cantonal de Asociaciones de Desarrollo Comunal de Santo Domingo de Heredia y en la Asociación de Desarrollo de Santo Domingo, visitamos al Padre Delio en su casa, donde actualmente están los Misioneros Trinitarios. El objetivo de la conversación era saber si él todavía era el dueño de un terreno en el centro de Santo Domingo para construir ahí la sede de la Asociación y de la Unión Cantonal. Él ya no recordaba, pero sus familiares nos aclararon que ya no le pertenecía.

Esa tarde se convirtió para nosotros en toda una escuela. Sus sabias palabras, en una amena conversación, fueron fluyendo poco a poco hasta convertirse en una senda por donde la dirigencia comunal domingueña debía transitar siempre.

El Padre Delio Arguedas, declarado hijo predilecto del cantón, solicitado, años atrás, por la Asociación de Desarrollo de Santo Tomás de Santo Domingo, lo cual había sido aprobado por la Municipalidad con gran entusiasmo, nos dio una lección y un camino para nuestro trabajo comunal. Nos contó ese día que una Institución del Gobierno quería hacerse cargo de la Escuela de Artesanía para, según ellos, dirigirla hacia mejores logros. Eso sí, pedían que la Escuela, la cual funcionaba en el edificio, donde actualmente están los Trinitarios, debía pasar a manos de la Institución gubernamental.

Él mismo, en la conversación, se autopreguntó, ¿Por qué debía traspasarse al Gobierno? El esfuerzo había sido de la Comunidad dirigida por personas visionarias como el Padre Delio y en ese momento llegaban funcionarios externos de una Institución con poder político y económico a querer administrar un logro comunal, es decir, de muchos domingueños.

Estas sabias palabras han resonado a lo largo de nuestras vidas y hemos tratado de ponerlas en práctica. La comunidad organizada y pensante puede lograr sus propios objetivos. El esfuerzo debe ser de todos: Comunidad, Gobierno, Instituciones, pero primordialmente de la comunidad organizada.

Siempre debemos escucharnos en la comunidad y trabajar en conjunto por el verdadero desarrollo del pueblo.


SANTO DOMINGO DE HEREDIA
GRUPO CÍVICO DOMINGUEÑO
PÁGINA WEB: grupocivicodomingueno.blogspot.com
Martes 5 de marzo del 2019

miércoles, 30 de enero de 2019

Breve reseña del Doctor Rodrigo Calvo León


Pérdida sentida del Doctor Rodrigo Calvo León

El pasado 17 de enero falleció en Santa Ana el señor Rodrigo Calvo León, médico de profesión, quien con su vida honró al pueblo que lo acogió y a Santo Domingo, donde creció y se formó en el hogar de don Paulino y doña María, que de Dios gocen.  Allí lo conocí en sus años de estudiante universitario; en su sola presencia se adivinaba una persona de bien, al igual que todos en su distinguida familia.

Después de un corto período de trabajo en nuestro cantón, residió por casi 40 años en Santa Ana, donde estableció su consultorio y su farmacia, para así extender sus servicios que ya brillantemente ejercía en los hospitales públicos de San José, como especialista en medicina interna.  Muchos más datos hay de su larga trayectoria, que eventualmente podrían ser recopilados para su recordación.

En su funeral, no me esperaba encontrar todo un pueblo volcado en agradecimiento, para despedirlo.  El templo no fue suficiente, y fuera de él había casi tantas personas como dentro. Múltiples fueron las expresiones de afecto y de contrición que se le manifestaron durante la vela y el cortejo hacia la sepultura.

Su féretro fue llevado en hombros hasta el cementerio, acompañado por la música sentida de los mariachis, en todo su recorrido.  Familias enteras salían de sus casas a darle el último adiós, y fueron muchos los que solicitaban al menos un momento para que su hombro pudiera serle apoyo al peso inerme de sus restos.  Madres con hijos pequeños, ancianos y jóvenes, pidieron el honor de hacerlo. Lágrimas y besos desde los portales de las casas, en un derrame de gratitud que sólo un apóstol del servicio al prójimo podía merecer.

Dios ha de corresponder a todo ese cariño, que como oración de intercesión, le ha de valer al buen doctor para su salvación eterna.

Atte. Juan E. Cruz A.