A continuación se presenta un comentario del Grupo Civico Domingueño sobre lo que hacen muchos políticos cuando se acerca el momento electoral. Por eso, como se dijo anteriormente es necesario a nivel local no dejarse engañar por los mismos politiquillos de siempre, que han permitido convertir a Santo Domingo en un cantón de color gris, puro cemento, con un Río Tibás y Virilla cada día más contaminado y con una serie de problemas viales sin resolver.
Una vez construido el edificio
Abajo el andamio
Cada cuatro años en nuestro país los señorones de turno andan más perdidos que ánimas en el purgatorio, viendo a ver quién les ayuda no para que las saquen sino para que las metan más bien en ese mundillo de la política y es cómico observar como ellos en forma repetitiva a los que lo antecedieron hacen lo mismo, visitas a tugurios alzando a los niños y besándolos aunque después se enjuaguen la boca con algún antiséptico bucal, hogares de ancianos ofreciéndoles aumentarles la maltrecha pensión que en este momento tienen y tomándose fotos para los periódicos escritos y haciendo poses para las noticias televisivas. A la par de ellos, aparecen sus acólitos amigos quienes ponen cara de importante, sonríen y dicen que sí a todo lo que don fulano diga aunque no hayan oído las falsas promesas de su jefe.
Cuando se ha desplaza a ferias del agricultor, calles de las ciudades urbanas o rurales o cualquier lugar público! alzan los brazos!, ¡saludan de lejos!, y si algún incauto se acerca, lo saluda, golpetea su espalda y simula que oye su petitoria supuestamente con gran entusiasmo y no falta algún compinche que con gran interés tome nota y se la guarde en la bolsa del saco que posteriormente va a parar sino a la basura a la caja de las promesas. Posiblemente a este cándido personaje les pasa lo de siempre, así como les pasa a muchos, se sienten bien cuando aparentan que son escuchados y dan rienda suelta a su imaginación diciéndose a sí mismo, ya hablé con el que va a ser el próximo presidente y le presenté mi inquietud. A sabiendas que hacen cuatro años, él, o un amigo suyo o un familiar en esa misma calle, feria u otro lugar otro candidato presidencial, supuestamente oyó con gran interés otra idea fantasma, repitiéndose la misma historia.
Una vez echas las visitas una y otra vez, se reúnen con sus amigotes quienes se ríen de las ingenuidades dichas por el inocente votante, además éstos que sueltan plata por un puesto burócrata aunque no sepan del “quehacer político” porque para lograr llegar al mismo lo que se le solicita al postulante es saber leer y escribir y si es del caso para eso hay hasta cuatro asistentes, que lo pongan al tanto de lo que ignora, pero que sí deben detener mucho dinero para sufragar algunos gastos de él y del mandamás, es decir comprar un puesto, para llegar al parlamento algunos de ellos a gritar o esperar a ver lo que decide la línea de partido, o quizás esperar al más aventajado de ellos para ver como vota en tal o cual proyecto. Lo más irónico es que a muchos de ellos, el papá estado injustamente debe sufragar los gastos que por ley tiene quedar a un partido equis.
Teniendo todos estos ingredientes, amigos con grandes capitales, dinero del estado, perteneciendo a alguna familia diz que de “abolengo”, amigote de alguien influyente etc. Además de los ardéis políticos, que le sirvieron para engañar a un pueblo el cual le permite llegar a ser presidente de la república y una vez logrado esto, cualquiera se plantea la siguiente afirmación-pregunta: Una vez construido el edificio… abajo el andamio.
Actualmente hay que considerar y es notorio como en ciertos sectores de gente de todas las edades sobre todo jóvenes han tomado conciencia, independientemente de sus credos políticos, étnicos, etc. Se han sumado a combatir a estos grupos tradicionales que buscan la perpetuidad de su partido, en detrimento de la ciudadanía en general, quienes han logrado no sólo el poder político sino todas aquellas ventajas que el mismo le concede para hacer y deshacer a su antojo y cuando se llega este momento se pierde lastimosamente credibilidad en el ser humano. Sólo nos queda la esperanza en las nuevas generaciones que con entusiasmo, credibilidad y honradez y sobre todo amor a su patria, levanten sus manos con mucha laboriosidad con la esperanza de un futuro halagüeño así como lo vivieron nuestros antepasados en un país verde, de ríos cristalinos, y solidario con los que menos tienen.
GRUPO CIVICO DOMINGUEÑO 5 FEBRERO 2013
