lunes, 27 de agosto de 2018

Breve semblanza de doña Margarita Zamora Bolaños mujer domingueña honesta y trabajadora quien nunca se desanimó ante los tiempos adversos.



Margarita Zamora Bolaños

Quiero recordar brevemente a la señora Margarita Zamora Bolaños, quien falleció el pasado 20 de febrero 2018.  Hoy pude manifestar a su hijo Isaac, quien se desempeñó como ex presidente del Concejo Municipal hace unos años, el gran cariño que le teníamos a su madre en mi casa.

Fue una persona muy dotada de anécdotas, debido a las contrariedades que la vida planteó a muchos en su generación;  a menudo se detenía en mi casa para conversar con mi mamá; en aquellos años cuando se podía tener la puerta abierta, pasaba por el frente y gritaba: ¡Elsa!, y se metía para, con sus conversaciones, hacer reír a mi madre.  Tampoco faltaron las lágrimas.

Quería mucho a mis abuelos y familia; los acercaban muchas vivencias en común o similares, en especial las dificultades para salir adelante.  Y desde luego, los eventos de cierto realce en la comunidad, de los que una mayoría fueron testigos.

Me causaba admiración su semblante siempre tranquilo, pero con un humor latente, humor que era de realismo ante las situaciones humanas, como las que le tocó vivir.  Expresaba una sabiduría de la vida muy sencilla, pero muy práctica y muy madura.

Con su laboriosidad, casas como la de mi madre recibieron su colaboración, como los cafetales para la recogida y la arrancada de lana, y los establecimientos varios en los que trabajó para ganar el justo sustento, en Santo Domingo y fuera del cantón.

A veces ella no podía contener la risa cuando manifestaba un comentario de su sabiduría personal.  Pero tenía su seriedad cuando, en acopio de ese saber y de su inteligencia, prescribía sentencias o consejos a los más jóvenes.

A los 6 meses de su despedida, me hace pensar en la dedicatoria que hizo mi mamá en su librito, para la madre suya a quien siempre amó y extrañó, "fiel ejemplo de la laboriosidad de la mujer domingueña, quien nunca se desanimó ante tiempos adversos; el trabajo fue su consigna".  Con tal honrosa descripción, bien puedo decir lo mismo de doña Margarita Zamora Bolaños, quien no requiere reseñas ya en el Cielo, mas nosotros un tanto sí mientras peregrinamos.

Juan E.Cruz A.