domingo, 19 de agosto de 2012

Conversaciones bizantinas en la Asamblea Legislativa de Costa Rica: lentitud en la aprobación de leyes que el país requiere con urgencia.

Se habla mucho, se gasta demasiado dinero en salarios y viajes y se logra muy poco, de allí el desencanto del pueblo costarricense con nuestros representantes legislativos. Los partidos políticos deben tener mucho cuidado con las personas que los van a representar tanto en el parlamento costarricense, sino también en los gobiernos locales, que sean personas capaces, líderes comunales que entiendan de los problemas que aquejan al ciudadano común, que lleguen a trabajar por el país o el cantón, sin entrar en esas conversaciones bizantinas que a nada se llega. Se presenta un comentario del Grupo Civico Domingueño sobre el tema.

SANTO DOMINGO DE HEREDIA
GRUPO CÍVICO DOMINGUEÑO



Siglos IV-VIII-XXI D.C. (Conversaciones bizantinas)


La humanidad ha presentado transformaciones radicales en el tiempo y en el espacio a través de los siglos. Las cosas y los hechos inicialmente cambiaron en forma rudimentaria y fueron mejorados y superados día a día. Podemos afirmar que el ser humano posee inagotables recursos para lograr cambios y satisfacer necesidades. De ahí los inventos monumentales, donde se ha mostrado el crecimiento intelectual y el talento, lo cual le ha permitido llegar al espacio y desarrollarse en todos los campos de la ciencia. En este momento la tecnología desarrollada podría causarle hasta su propia autodestrucción. Existe, además, el mayor intercambio de conocimientos nunca antes visto entre pensadores de todo el orbe.

Una mirada al período comprendido del siglo IV al VIII D.C., cuando Constantinopla peleaba contra los Turcos, nos sorprende pues sus pensadores y gobernantes hacían caso omiso a este acontecer y se preocupaban por asuntos intranscendentes como el conversar por largas horas del “sexo de los ángeles” y otros temas relacionados con lo divino o celestial.

Ahora, si nos ubicamos en la Costa Rica del Siglo XXI, en el Parlamento costarricense, notamos una similitud con esas “conversaciones bizantinas” del período señalado. Esto pareciera también se ha extendido a los gobiernos locales.

Sabemos que no podemos generalizar; sin embargo, cada vez más se observa: el imperio de la línea de partido, el amiguismo en la elección, la influencia del dinero en la selección de los candidatos, el ofrecimiento de lo que nunca van a cumplir, el blablabla por horas de conversaciones infructíferas, leyes mal hechas e incorrectamente redactadas, diputados leyendo el periódico, otros hablando por celular, unos dormidos, algunos gritándole a su compañera(o) con gestos para las barras, otros aperezados, muchos no opinan, ya que esperan la opinión del compañero para repetir lo mismo.

Con excepciones vimos cómo los padres de la patria pelearon por su bienestar económico sin pensar en las limitaciones económicas del pueblo. En este caso comprobamos la rapidez del trámite para aumentarse su salario; no hubo conversaciones largas ni discusiones interminables.

Eso que ocurre en la Asamblea Legislativa, se ha trasladado en muchos casos a los gobiernos locales, donde los acuerdos quedan en el papel y difícilmente se ejecutan.

La desconfianza en la clase política aumenta peligrosamente, así lo señalan las encuestas y el costarricense ve día a día las actuaciones de los gobernantes. Aquí se aplica el refrán “No podemos tapar el sol con un dedo”.

En otros países como Suecia, cuyo ingreso por habitante es muy alto, sus diputados trabajan mucho, no tienen asistentes y sus ciudadanos viven contentos porque les pagan por lo que trabajan. Las palabras convencen, los ejemplos arrastran.

El pueblo costarricense está pagando muy caro los desaciertos en la escogencia de nuestros representantes políticos y se está cansando de la irresponsabilidad de los gobernantes.

Ojalá existiese un santo que se llame Bizancio e ilumine a diputados y regidores para que las conversaciones sean cortas, las leyes bien hechas y los acuerdos tomados se ejecuten. A este Santo le pediríamos que los futuros políticos no sean impuestos y sean realmente escogidos por sus comunidades.

Ayúdanos, Bizancio; algunos dirán “Tenéis más fe que San Roque”, no obstante, nosotros seguimos confiando en Dios, en las enseñanzas de la historia tica y en los verdaderos valores costarricenses.



GRUPO CÍVICO DOMINGUEÑO                 viernes 17 de agosto del 2012









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