martes, 1 de octubre de 2013

Una anécdota sobre don Marcial Barquero

Una anécdota sobre don Marcial Barquero.

En varias ocasiones conversé con don Jorge Zamora Azofeifa, ya fallecido, quien era una persona de muchas anécdotas, y al menos en dos ocasiones me tomé  el tiempo para reseñar las tertulias en lo que podía recordar.  Extracto a continuación algo que me contó, relacionado con el payaso Marcial Barquero, a quien han estado recordando y homenajeando en estos días.  De mis apuntes, casi en forma textual:

"Contó que siendo muy joven ya lo metieron a las comisiones de fiestas; con don David González y don Célimo Barquero iban a Río Segundo, Tacacorí, a traer a Marcial Barquero el payaso.  Marcial movía la fiesta... Porque así empezó la conversona, sobre la música de cimarrona que a él le agrada mucho, y tiene un disco de una banda de Aserrí, y uno dice que en Santo Domingo no hay cimarrona sino cumbia y merengue, pero no fanfarria.  'Vaya a Barba, dice él, o a Aserrí' y yo agregué Tres Ríos... Pero siguió el tema de que en Santo Domingo se ha perdido todo, y él apuntó que antes era bonito porque Marcial volvía loco al pueblo.  Una vez con esos dos señores (don David y don Célimo) fueron y no encontraron a Marcial; como que no quería venir; y se trajeron a otros dos, que resultaron muy malos, tanto que causaron disgusto, y poco faltó para que los golpearan.  Entonces él se decidió a que Marcial tenía que venir.  Un domingo, se fue muy temprano a ordeñar, y dijo a su madre: Mamá alístese porque vamos a ir a traer a Marcial.  Se fue con ella para Tacacorí.  Éste era barbero a domicilio, pero sobre todo de ricos.  La esposa  de Marcial era Toribia, y cuando llegaron ella los  envió a cierta casa donde estaba arreglando a cierto señor.  Cuando Marcial lo vio bajarse del carro, le gritó: "Ya sé a qué venís; está bien, voy a ir, pero no por vos  porque  vos no valés nada, sino por doña Rosalina que sí es una señora".  Así era el carácter de Marcial.

Las fiestas de Santo Domingo eran algo lindo, y la cimarrona  con payasos iba por un barrio cada día.  Iban a pie, pero ahora los montan en carro, dan una vuelta y se acabó.  Y hay que pagarles a los otros para que carguen una máscara.  En Barva, dice, son mascaradas a montones; hay que inscribirse y se paga por llevar la máscara.

Cuenta que paraban en cada esquina, y Marcial echaba sus coplas, y seguían caminando hasta la siguiente esquina."

A Jorge se le dedicó el desfile de boyeros del año 2002, para el centenario de la declaratoria de ciudad.  Él me manifestó que estaba muy agradecido con ese homenaje.

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1 comentario:

  1. Este mensaje, escrito por quien suscribe, fue luego ampliado pero no se lo envié a los integrantes del Grupo Cívico. Días después había estado hablando con las hermanas de Jorge Zamora, primas de mi mamá, Adriana y Dora. Contaron algunos recuerdos de don Marcial. Me aclaró doña Dora que Marcial no era de Río Segundo, y luego pude leer en la reseña de Miguel Salguero que era de Itiquís, cerca de Tacacorí. Marcial se cambiaba en la casa esquinera diagonal al parque, donde está la Pops; ella le abría, y ahí se embarraba la manteca que se ponía en la cara. Su madre Doña Rosalina le advertía "cuidado sale con alguna burrada", en referencia a coplas con doble sentido. Al final del desfile, salía bastante alegre con algunos traguillos que se metía. Venía y se iba en tren hasta Alajuela. Saludos al Grupo Cívico Domingueño
    Atte. Juan E. Cruz A.

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