domingo, 24 de junio de 2012

EL SER DOMINGUEÑO

Todos los que residimos en el Cantón de Santo Domingo debemos luchar para preservar la identidad que nuestros abuelos nos heredaron. Desarrollo no significa  aprobar  nuevas bombas de gasolina, ni la destrucción de las riveras de los ríos donde descargan las aguas pluviales los grandes condominios que se están autorizando, ni la cementación descriminada que evita la infiltración de las aguas a los mantos acuíferos, de ahí que el presente artículo del Grupo Civico Domingueño va encaminado sembrar un granito de arena en la consciencia de aquellos políticos y funcionarios municipales que muchas veces aprueban los proyectos " a lo que salga" sin tomar en cuenta el sentir del pueblo domingueño.
 
 EL SER DOMINGUEÑO


“Yo soy el pueblo que amo y que está hecho
de miseria y palabras”
                                    Isaac Felipe Azofeifa Bolaños

Cada comunidad tiene su identidad formada por pensamientos y el trabajo de muchas generaciones. Esta abstracción es la que une a un pueblo en el transitar diario y en la toma constante de decisiones. Santo Domingo de Heredia ha tenido el privilegio de contar con grandes personalidades que han orientado a otros y entre todos han formado la conciencia colectiva domingueña. Por eso, cuando una comunidad, siente que se está perdiendo lo más profundo de su ser reacciona. Una señal de alerta fue el movimiento de hace algunos años llamado “Rescatemos Santo Domingo”, cuyo periódico actualmente circula cada dos meses.

Grandes jornaleros, educadores, médicos, sacerdotes, deportistas, poetas, amas de casa, carpinteros, albañiles se pueden nombrar. La lista es infinita: José Palma, Guillermo Villalobos, Miguel Valerio, Víctor Rodríguez, la niña Emilce, la niña Ofelia, la niña Blanca ,la niña Alicia, la niña Rosita, la niña Primitiva, el Padre Sobrino, el Padre Delio, María José, el Lic. Emilio Villalobos y usted estimado lector puede continuar con la lista y publicarlo en esta página.

Por eso el gran poeta domingueño Isaac Felipe Azofeifa Bolaños (1909-1997), cuyo nombre lleva la Biblioteca Municipal, escribió: “

VIVÍAMOS CERCA DEL CIELO
Yo soy,
me llaman, soy, me digo
Isaac Felipe,
nacido en Santo Domingo,
una ciudad en medio del campo,
una vieja ciudad fuera del tiempo,
donde los años antes se medían por cosechas,
y ahora sólo están las campanas de las iglesias
y las golondrinas,
que desclavan la corona de Cristo
cada día, como antes.
Ahí entonces hace mucho
me nació el miedo de ser otra cosa
que una simple criatura simple,
y me dolía el vivir, como ahora.
Pero en aquel tiempo
la luz me confortaba largamente
la llaga de los nervios,
-Yo amo todavía la fresca claridad del verano-
y aunque el invierno pertinaz prolongaba sus lluvias,
me protegía su bandera verde sobre el campo.
De todos modos, yo y la ciudad vivíamos cerca del cielo.


En otro poema titulado “Se oye venir la lluvia” el escritor expresa

“ La casa de mi infancia es de barro del suelo a la teja,
(…)
El gran filtro de piedra vierte en ella, tan grande,
su agua de fresca sombra.
Yo amo su silencio, que el fiel reloj del comedor vigila
….”
Muchos habitantes actuales de Santo Domingo no han nacido en esta comunidad; sin embargo, se han compenetrado del sentimiento auténtico domingueño y lo defienden. Incluso manifiestan que tomaron la decisión de vivir aquí, porque les gusta el ambiente, sus costumbres y su gente. Apreciados lectores, creemos firmemente que están de acuerdo con nosotros. Por eso el “ser domingueño “debe conservarse, pues es la esencia de Santo Domingo de Heredia. Lo lograremos con su participación activa en todos los frentes.

GRUPO CÍVICO DOMINGUEÑO
Viernes 22 de junio del 2012

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