El Parque, EL Ranchito y la Plaza
nueva.
Se ha informado por vías no formales que el parque
de Santo Domingo va a ser remodelado.
Esta remodelación tiene historia, al
menos desde que el gobierno obtuvo un préstamo blando con fondos chinos
hace diez años, y que canalizó a diferentes obras comunales en el país, mismos
que posiblemente en el caso de Santo Domingo debieron ser devueltos al erario
público o redirigidos a otro uso.
Según los documentos, se cumplen 60
años de la construcción del parque, pues como sabemos era anteriormente una
plaza. Según he oído de don Luis González, ex ejecutivo municipal, en
1989 se dio una primera remodelación, que se conserva hasta hoy.
Conversando con don Miguel Rodríguez
(q. d. D. g.) hace unos años, me decía que él había sido uno de los promotores
de esa transformación de la plaza en parque. En forma jocosa mencionaba
que su casa era destino de muchos balones, por lo que tenía un interés
particular por esa transformación.
Quienes conocimos el parque en sus
primeros años, recordamos su belleza, que todavía se puede apreciar en estampas
de esa época.
El parque fue sitio de reunión de la
muchachada luego de la misa de 6, para dar las típicas vueltas alrededor.
Esa costumbre existía desde cuando existía solamente la plaza. Viene a cuento
el Ranchito Cervecero, establecimiento que cerró el pasado mes, luego de 43
años de funcionamiento.
La apertura de El Ranchito significó,
circunstancialmente, el fin de las vueltas al parque. Se convirtió en
sitio de reunión de la juventud, y el parque se quedó solo. Todavía por
algunos años la plaza nueva fue polo de atracción en las noches entre semana y
los domingos a mediodía, cuando se efectuaban partidos y acudíamos a
presenciarlos, mientras algunas muchachas jóvenes, poco interesadas en el
juego, daban vueltas. Eran ocasiones para que eventualmente, como antes
en el parque, se diera la galantería.
De la plaza nueva, cuya historia la
contó en su libro "Recordando a mi Pueblo" don Rodrigo Bolaños (q. d.
D. g.), también salían balones en dirección de la casa de don Vicente Zamora y
familia. Se instaló una malla alta en los años 60 para evitar -sin suficiente
éxito- esa situación. Recuerdo que se aprovechó la reciente instalación de la
malla para organizar el calvario en una Semana Santa, en año que se me escapa.
Durante el auge de la puesta de
verjas que ocurrió en los años setenta, don Vicente instaló la suya en el
frente de su propiedad. Lamentablemente, las verjas eran y son
puntiagudas, y uno de tantos días, cuando estábamos en la práctica de
"puntear", llegó el recordado Johnny Villalobos (a quien conocían
como "pescado"), con una bola sintética nueva, de las primeras que se
conocían en el país. En uno de esos "patadones", el balón se
elevó y en forma parabólica cayó exactamente sobre una de las temidas puntas.
En aquellos tiempos muchos gastábamos
la tarde frente al marco norte, o en mejengas improvisadas o la de rigor los
sábados por la mañana. Los participantes de este improvisado partido éramos de
varias generaciones, como don Guillermo Roldán, ya desaparecido, con amplia
trayectoria en el cantón, y que según entiendo fue jugador de primera división.
De esa mejenga salió una pre
selección, pues don German Arce (q . d. D. g.), también ex futbolista de la
primera, era asiduo observador, y al ser nombrado entrenador en Santo Domingo,
nos escogió a muchos de allí. La escogencia no satisfizo a otros tantos
que jugaban en los partidos formales de campeonato, y perdió el puesto a las
pocas semanas. Esos partidos fueron regulares durante varios años, hasta
que en 1981 se realizó la primera remodelación de la plaza.
La historia -documentada con cierto
detalle- de los sitios públicos, es una tarea interesante por realizar.
Juan E. Cruz A. Lunes 10 de julio del 2017
No hay comentarios.:
Publicar un comentario