domingo, 9 de abril de 2017

Un ejemplo de organización comunal se dió en Calle El Aserradero de Santo Tomás de Santo Domingo de Heredia hace como 40 años. Se recoge esta historia para que las generaciones presentes y futuras comprendan que las obras comunales muchas veces solo se pueden lograr con organización comunal.

Organización: a tocar puertas

La comunidad de Calle El Aserradero de Santo Tomás de Santo Domingo de Heredia, a principios de los años 80, es decir, hace ya casi 40 años, no tenía luz eléctrica en sus viviendas. Los vecinos se propusieron conseguir ese servicio lo más pronto posible. Para eso formaron un Subcomité de Desarrollo Comunal para trabajar con el propósito de conseguir el objetivo de tener corriente eléctrica en su vecindario.

Todos los vecinos apoyaban a sus representantes, entre quienes se encontraban: Joaquín (Quincho ) Salas, Virginia Salazar, Cecilia Salazar y los finados Enrique Arce y Luis Pérez.

El primer paso que dieron fue acercarse a la Asociación de Desarrollo Comunal de Santo Tomás de Santo Domingo de Heredia, quien los apoyó desde el primer momento, ofreciéndoles un aporte económico para el proyecto y asignando a uno de sus directivos como delegado para que sirviera de enlace entre la Asociación y el Subcomité. También les ofreció llevar el control de donaciones en la Tesorería de la Asociación.

Posteriormente la Asociación de Desarrollo y el Subcomité solicitó un estudio de costos a la Compañía Nacional de Fuerza y Luz. Después con este documento la comunidad se presentó a la Municipalidad de Santo Domingo de Heredia, quien aprobó también una ayuda económica. Sin embargo, el trabajo de hormiga del Subcomité se dio casa a casa con cada uno de los finqueros de la Calle para que, después de explicarles el proyecto, apoyaran económicamente el esfuerzo. A excepción de unos pocos, la mayoría de propietarios colaboró para que este sector tuviera energía eléctrica.

Con todos los esfuerzos hechos por los vecinos, finqueros, Asociación de Desarrollo, Municipalidad y ya casi por vencerse el estudio de costos hecho por la Compañía de Fuerza y Luz, todos nos presentamos a conversar con el Gerente de ese entonces de la Compañía, a quien se le informó de la cantidad de dinero recolectado y que nos faltaban aproximadamente diez mil colones. El Gerente, entonces, autorizó recibir ese dinero y empezar con los trabajos de electrificación.

El último obstáculo que se tenía era el giro de dinero de la Municipalidad por razones burocráticas. Otra vez el Subcomité en su trabajo constante solicitó préstamos a otras organizaciones sin resultados. Pero, cuando una puerta se cierra otra se abre. Conversamos, entonces, con el finquero don Adelo García-que en paz descanse- quien confiando en el Subcomité prestó el dinero, mientras la Municipalidad superaba sus engorrosos trámites.

Con todos los requisitos nos presentamos a las oficinas de la Compañía de Fuerza y Luz a depositar el dinero establecido en el estudio y aprobado por la Gerencia de esa Institución.

La organización y el tocar puertas fueron claves para lograr conseguir el objetivo. Ya muchos politiqueros le habían ofrecido a la comunidad ayuda a cambio de votos para sus aspiraciones personales y nunca se habían interesado por resolverles el problema, hasta que se organizaron y trabajaron ordenadamente por conseguir sus metas. Desde hace ya muchas décadas tienen su servicio eléctrico en sus casas. Este trabajo organizativo les ha servido para enfrentar otros problemas a través de los años.

Con la ayuda de Dios, una comunidad organizada podrá salir adelante con sus metas siempre y cuando exista participación y estén dispuestos a tocar puertas.

GRUPO CÍVICO DOMINGUEÑO Página web: www.grupocivicodomingueno.blogspot.com

Lunes 3 de abril del 2017


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