miércoles, 12 de marzo de 2014

Tras de cuernos palos. El servicio de reciclaje de desechos sólidos en el cantón de Santo Domingo de Heredia es un ejemplo para muchas comunidades de nuestro país. Debemos denunciar a los malos domingueños (as) que colocan residuos que no son reciclables los días que no corresponden.

Tras de cuernos palos
¿Qué nos pasa domingueños?

No entiendo al ser humano, ¡como decía un fulano, entre más conozco al hombre más quiero a mi perro!  Pedimos a gritos resultados, a gestiones que duran por los siglos de los siglos en resolverse en las diferentes entidades gubernamentales y locales. El cuento es el mismo de siempre, llámese tramitología, burocracia. Un mal pensado diría vagabundería o tortuguismo. Bueno lo cierto es que a duras penas algo se resolvió al menos después de tantos ruegos a los regidores y a la señora Alcaldesa de la localidad, al menos una de las tantas cosas que ya por fin se estaba dando en la comunidad y es el servicio del reciclaje según la Ley 8839. Resulta que este beneficioso servicio que además de satisfacer las necesidades de los domingueños y dar trabajo a personas humildes, amén de ayudar al medio ambiente, ocurre lo inesperado, el  lugar donde se guardaba lo que se reciclaba de un momento a otro, se da la voz de alerta, de que el mismo ha sufrido un siniestro, pues no se sabe si hubo un corto circuito o una mano criminal que lo incendió dicha edificación, donde no solo se perdió el material aportado por todos los vecinos conscientes de esta necesidad  sino máquinas nuevas que iban a servir para otros menesteres. La situación es que a pesar tan deplorable suceso, según lo conversado con el  Señor Luis Diego  Rubí encargado personero Municipal de Santo Domingo  de este asunto del reciclaje (entre otras cosas). Me manifestó que el servicio se iba a seguir prestando a la comunidad, en las fechas fijadas. Además que se puso la denuncia ante el Organismo de Investigación Judicial, OIJ a fin de que haga las averiguaciones pertinentes de tan infortunado echo.

Continuando la conversación  con el señor Rubí, aprovechó la coyuntura para exteriorizar con mucho dolor los hechos de algunos domingueños inescrupulosos, que valiéndose del anonimato malsano y rastrero,  se prestaron a utilizar ardides venenosos para introducir material no reciclable dentro del mismo que si lo es. Decía don Luis que la gente se las ha ingeniado de una forma tan malévola,   que han echado animales muertos, excremento y pelo de perro en algunas oportunidades, decía él, que bien podría ser de algún lugar que se utilice para embellecer a los canes  o alguna veterinaria, obviamente lo dice en forma supuesta. Indiscutiblemente, sea como sea, esto es una falta de respeto y  amor a la  humanidad,  para las personas pobres que se ganan el sustento desempacando estas atrocidades que personas,  si es que se les puede llamar así utilicen esas malas prácticas para quitarse de encima esas suciedades que no soportan en sus casas y que otros por hambre tengan que sufrir esos vejámenes de mentes torcidas que no merecen llamarse hombres. En una ocasión se observó como de una carnicería del centro del Distrito de Santo Domingo,  aprovechando un descuido de los empleados que viajan en el camión del reciclaje, el carnicero aprovechó y tiró al camión una bolsa llena con desperdicios de carne. Sería un insulto para los animales llamarles así si utilizáramos para éstos ese calificativo. Según supe, una señora solicitó trabajo en ese lugar y no aguantó tres días, ya que los olores eran tan nauseabundos que se enfermó y renunció, pese a que necesitaba el trabajo para ayudar a su familia. Requisito para trabajar allí, no tener olfato, ser pipiciego o tener un estómago  bien resistente.

Volviendo al caso de estos intrépidos pícaros del anonimato, también fácilmente a horas que nadie se da cuenta en forma encubierta (solito y sin hablar con nadie) ponen diz que material reciclable en los lugares fijados por la municipalidad. ¡Y que sufrimiento también para las personas donde se  han fijado el frente o esquina de su casa para que descarguen esa contaminación tan grande!, porque lógicamente los señores de los camiones escogen lo que es reciclable (obviamente, muchas veces sin percatarse de lo que a veces viene revuelto con emanaciones putrefactas) y lo que ellos consideran que no es reciclable lo dejan allí amontonado, muchas veces pasando algunos días, mientras tanto el vecino tiene que aguantar y ver  feo su frente u otro lugar designado para ese fin, por tanto donde lo dejaron tiene que lucir como un mamarracho. Sino que lo digan las señoras Vargas que viven a  cien metros norte del Banco Popular de la localidad. Que se ha dado el caso de que ella ha visto a alguien  en algún momento dejar alguna cosa no reciclable,  la señora  llamándole la atención en forma decente, tiene que  soportar las ofensas que estos aprovechados o (as) con sus lenguas de buitres propalan.

Con mucho dolor expresamos a toda la gente consiente y consecuente de nuestra comunidad, que busquemos la forma de como parar esta situación, ya sea denunciando ante la autoridad competente tanto atropello contra la ciudadanía honesta domingueña que por dicha somos la gran mayoría. Pero hay que hacerlo con cautela no sea que un malandrín (a) vaya a hacerle  algún daño. Entonces si diríamos “tras de cuernos palos”.

GRULPO CIVICO DOMINGUEÑO       12 DE MARZO 2014


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