sábado, 18 de enero de 2014

Don Raúl Aguilar, un panadero domingueño de buen corazón

Don Raúl Aguilar
¿Quién fue?

Nuestra sociedad tiene muchos desaciertos. Si observamos veremos algunos políticos inescrupulosos que de una u otra forma. (si no lo eres no te des por aludido) con sus argumentos falaces y malas costumbres, logran engatusar al votante con la utilización de recursos deshonrosos para que este engañado ser humano, vaya a cumplir con el “sagrado derecho” del sufragio, y vote no por el que le nace o por quien considere que pueda ser la salvación de su querido país, sino por la vil picardíade un hombre sin principios.

Todo este argumento lo planteo no sólo por la época que estamos viviendo, sino porque algunos personajes cada cuatro años se proclaman y postulan como la salvación del país algo así, como la “pomada canaria” que nos cura de todo mal y embrujo, y dicen que van a resolver los mismos problemas planteados desde hace más de treinta años con las promesas repetitivas como un rosario de ánimas; pero en sus actuaciones diarias no les ha importado el bien común de su comunidad y del país. Son como “artistas engañosos” que siempre retoman lo que no han hecho y lo presentan cada cuatro años, lastimosamente anunciándolo con bombos y platillos y con dinero del FISCO, patrimonio de todos los ticos, que se privan de muchos bienes y servicios, para que personas como éstas, prometan todo aquello que no van a cumplir.

También existen los que hacen cosas indebidas, recibiendo dinero de empresas inexistentes o presentando gastos irreales al Tribunal Supremo de Elecciones.

Digo todo lo anterior para demostrar que no todo está perdido, porque al menos en nuestro cantón ha habido, hay y habrá gente muy valiosa (como en todo el país). Nuestra historia ha sido generosa con nosotros, estas personas que han dado todo, con el principio de no recibir nada a cambio. Me refiero a personajes de la talla de José Palma, Víctor Rodríguez, Delio Arguedas, María José Ramírez, Hugo Fonseca, Hermelinda Montero, Elsa Azofeifa, entre un innumerable grupo de hombres y mujeres que en este momento no preciso, pero que el estimable lector puede agregar a esta lista. Son personas que no tuvieron que meterse en política para ser conocidos. (¡Por dicha!) Rescato hoy a César León, una persona que se ha entregado de lleno a la comunidad domingueña.

Sin embargo, ahora que se ha presentado la oportunidad, en una conversación que tuve hace algún tiempo con una Señora un poco mayor que mi persona me dio a conocer un hecho más de un ser humano excepcional y conocida por ser un buen panadero, de aquellos que al fabricar su producto muchos comentaban de su sabor, peso y comodidad económica para adquirirlo. Me refiero a Don Raúl Aguilar, conocido en el argot domingueño como Mata Tigres, asunto que comentaré después de ese mote según me lo contaron.

Además de ser como dije antes panadero, ¿quién era este humilde servidor de la comunidad?
Me contaba la Señora en cuestión que me pidió que si escribía algo al respecto no mencionara su nombre, pues lo que importaba era que se hiciera justicia con las personas que quedaban en el anonimato.

Don Raúl fue como un San Nicolás a la domingueña, aunque su estatura era pequeña, de tez no muy blanca, pero con un gran corazón. Hacía que niños de todas clases sociales, sobre todo los pobres, se beneficiaran en Navidad con pequeños presentes, helados, golosinas y panes que él preparaba y regalaba con mucho amor a todos los niños. Inclusive me contaba la Señora que muchos infantes cuyos padres tenían platilla y se asomaban por allí, él igual les daba, pues decía “son niños”. Acostumbraba antes de hacer entrega de estos presentes, rezar el rosario y después mandaba a sentarse a los pequeños (as) sobre el pretil (asiento largo) que rodea el parque y que creo aún existe.

Este repetido acontecimiento se dio por muchos años en Santo Domingo de Heredia. He hablado con personas que se beneficiaron con el altruismo de este compasivo hombre y me han ratificado lo dicho por la Señora. En mi caso nunca aproveché de este favor por el hecho de que cuando yo era pequeño nunca me atreví a ir al parque o quizás desconocía que existiese una persona con esos nobles principios. Igual me siento halagado de que hubiera personas como él, que a pesar de que en aquel momento era voz populi en el cantón central, nunca presumió don Raúl de esa actitud, ni lo hace hoy su familia para conseguir favores políticos.

Tuve la oportunidad de hablar con Rolando, hijo de don Raúl y me dijo que su hermano mayor podría tener más información respecto a la vida de su Papá. También me habló del sobre nombre de su padre: Mata Tigres… Me decía que un día de tragos él, don Raúl y un hermano conversando con amigos, por vacilón, hablaron de que él había matado un tigre y de allí ese mote.

Yo, siendo joven, traté, en algún momento, a Don Raúl, sin embargo, lastimosamente no conocí ese gran detalle, pero conozco a Rolando, su hijo, quien fue mi compañero de escuela hasta sexto grado. Don Raúl también supo sembrar en ellos esa semilla de amor al prójimo, porque su hijo, me acuerdo que llevaba a la escuela pan con mantequilla y esos deliciosos bonetes que eran las delicias de los domingueños. Rolando repartía entre los compañeros más pobres lo que él llevaba y todos saboreábamos el delicioso pan. Sigo siendo amigo de Rolando y sigue siendo un hombre de bien. Por lo tanto, deduzco que todos sus hijos son imitadores insignes de este pequeño hombre, pero de un gran corazón. “Ese fue Don Raúl Aguilar”. Domingueño distinguido de esta Comunidad de Santo Domingo de Heredia.

Jorge Ramírez Calderón
Grupo Cívico Domingueño
Jueves 16 de enero del 2014

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