Una anécdota sobre don Marcial
Barquero.
En varias ocasiones conversé con don Jorge
Zamora Azofeifa, ya fallecido, quien era una persona de muchas anécdotas,
y al menos en dos ocasiones me tomé el tiempo para reseñar las tertulias
en lo que podía recordar. Extracto a continuación algo que me contó,
relacionado con el payaso Marcial Barquero, a quien han estado recordando
y homenajeando en estos días. De mis apuntes, casi en forma textual:
"Contó que siendo muy joven ya lo
metieron a las comisiones de fiestas; con don David González y don Célimo
Barquero iban a Río Segundo, Tacacorí, a traer a Marcial Barquero el
payaso. Marcial movía la fiesta... Porque así empezó la conversona, sobre
la música de cimarrona que a él le agrada mucho, y tiene un disco de una banda
de Aserrí, y uno dice que en Santo Domingo no hay cimarrona sino cumbia y
merengue, pero no fanfarria. 'Vaya a Barba, dice él, o a Aserrí' y yo
agregué Tres Ríos... Pero siguió el tema de que en Santo Domingo se ha perdido
todo, y él apuntó que antes era bonito porque Marcial volvía loco al
pueblo. Una vez con esos dos señores (don David y don Célimo) fueron y no
encontraron a Marcial; como que no quería venir; y se trajeron a otros dos, que
resultaron muy malos, tanto que causaron disgusto, y poco faltó para que los
golpearan. Entonces él se decidió a que Marcial tenía que venir. Un
domingo, se fue muy temprano a ordeñar, y dijo a su madre: Mamá alístese
porque vamos a ir a traer a Marcial. Se fue con ella para Tacacorí.
Éste era barbero a domicilio, pero sobre todo de ricos. La esposa
de Marcial era Toribia, y cuando llegaron ella los envió a cierta casa
donde estaba arreglando a cierto señor. Cuando Marcial lo vio
bajarse del carro, le gritó: "Ya sé a qué venís; está bien, voy a ir, pero
no por vos porque vos no valés nada, sino por doña Rosalina que sí
es una señora". Así era el carácter de Marcial.
Las fiestas de Santo Domingo eran algo
lindo, y la cimarrona con payasos iba por un barrio cada día. Iban
a pie, pero ahora los montan en carro, dan una vuelta y se acabó. Y hay
que pagarles a los otros para que carguen una máscara. En Barva,
dice, son mascaradas a montones; hay que inscribirse y se paga por llevar la
máscara.
Cuenta que paraban en cada esquina, y
Marcial echaba sus coplas, y seguían caminando hasta la siguiente
esquina."
A Jorge se
le dedicó el desfile de boyeros del año 2002, para el centenario de la
declaratoria de ciudad. Él me manifestó que estaba muy agradecido con ese
homenaje.
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Este mensaje, escrito por quien suscribe, fue luego ampliado pero no se lo envié a los integrantes del Grupo Cívico. Días después había estado hablando con las hermanas de Jorge Zamora, primas de mi mamá, Adriana y Dora. Contaron algunos recuerdos de don Marcial. Me aclaró doña Dora que Marcial no era de Río Segundo, y luego pude leer en la reseña de Miguel Salguero que era de Itiquís, cerca de Tacacorí. Marcial se cambiaba en la casa esquinera diagonal al parque, donde está la Pops; ella le abría, y ahí se embarraba la manteca que se ponía en la cara. Su madre Doña Rosalina le advertía "cuidado sale con alguna burrada", en referencia a coplas con doble sentido. Al final del desfile, salía bastante alegre con algunos traguillos que se metía. Venía y se iba en tren hasta Alajuela. Saludos al Grupo Cívico Domingueño
ResponderBorrarAtte. Juan E. Cruz A.