Refente al
tema Malespin
Buenas
noches todas y todos. Primeramente mis disculpas por mi tardía respuesta; no me
fue posible hacerlo antes.
Desde hace más de cincuenta años he gozado de la franca amistad de don Julio Bolaños Villalobos y es a él a quien debo el que me interesara por aprender a hablar en MALESPÍN. Como dato importante les digo que solamente don Julio y este servidor de ustedes, dentro de la geografia de nuestro cantón, conocemos en la actualidad las reglas que rigen el dominio de esta forma tan original de comunicarnos . Además, es un hecho el que, son pocas las personas que en este país lo conocen.
Desde hace más de cincuenta años he gozado de la franca amistad de don Julio Bolaños Villalobos y es a él a quien debo el que me interesara por aprender a hablar en MALESPÍN. Como dato importante les digo que solamente don Julio y este servidor de ustedes, dentro de la geografia de nuestro cantón, conocemos en la actualidad las reglas que rigen el dominio de esta forma tan original de comunicarnos . Además, es un hecho el que, son pocas las personas que en este país lo conocen.
En años
pasados, tuve en mis manos algunos artículos escritos por el ilustre
profesor puntarenense, Gonzalo Soto Wong, que de
Dios goce, en los
que denotaba su basto conocimiento del Malespín. Esto me entusiasmó y me
dediqué con más ahínco a la práctica del mismo. Entre las cosas que más
me llamaron la atención fue el dato de don Gonzal, en que mencionaba el interés
del presidente de aquel entonces don Ascensión Esquivel Ibarra en proponer como
tema de estudio en las escuelas el aprendizaje del MALESPÍN.
Si alguien tiene interés en tener conocimiento al respecto, estoy a su disposición para ayudarle.
Atentamente José Amado Hernández Salazar
Si alguien tiene interés en tener conocimiento al respecto, estoy a su disposición para ayudarle.
Atentamente José Amado Hernández Salazar
Fecha: 9
de diciembre de 2016
Más sobre El Malespin
Comparto otros datos
que me suministró don Julio Bolaños Villalobos.
Sobre el malespín, y me dijo que antes lo hablaban
muchos, y me mencionó a Beto Vindas, Calino Salazar, Moncho Vargas que tenía
una pulpería a la par de la antigua ermita de Santo Tomás, frente a la
plazoleta, y Nicolás Alvarado quien se fue para Alajuela, y con quien él lo
aprendió.
En realidad se aprendía en la práctica, pues se
trata de cambiar letras de las palabras, pero no al azar, hasta que se pega la
que es, y así se va aprendiendo.
Además de su tío Serafín, Beto Vindas y
Calino Salazar (Aquilino) también eran payasos cuarteteros.
Eran infaltables en las fiestas patronales en el
centro y los distritos. Se desempeñaban a dúo o trío, en forma de dicho y
respuesta, uno iniciaba y el otro completaba el cuarteto, a pura improvisación.
Menciona la parodia "el Venadito", que es
cantada, y todavía se conserva en la memoria de algunas personas de Santo
Tomás. La compusieron su tío y Beto, y recuerda don Julio oírsela a su
mamá.
Su tío Serafín se plantaba en la plazoleta, sobre
un butaco, a hacer el vacilón. Los viejos le llamaban "el
Rincón" a ese lugar.
Una vez hizo un testamento público, y la gente
estaba escuchándolo haciéndole rueda. Ponía apodos, y ahí salió el apodo
"por derecho" para Gonzalo Villalobos, pues le dejó "la calle
Higinia, para que se fuera por derecho". Mencionó otros apodos que
no apunto aquí.
Al abuelo de los dueños de un conocido
establecimiento del distrito, le había puesto el apodo Uvieta, y a éste no le
gustaba que se lo dijeran. Cuando pronunciaba el mentado testamento, a
lo último dijo: "Y para Uvieta, le dejo...", de tal modo que el señor
aquél, que andaba con su delantal y cuchillo, lo desenvainó muy enojado, y ahí
se terminó el acto público.
El apodo del policía Juan era Cuepera -me corrige
don Julio-, se lo puso su tío Serafín, pero no sabe su significado.
Serafín leía mucho, por eso tenía de dónde inventar, dice. Quizá viene de
la "cuepa" -leo en un diccionario de 1970-, un objeto con el que se
divertían los muchachos, cuyo uso se ha descontinuado. Todavía se utiliza ese
apodo para los descendientes de Juan y Estebana, que vivían en la Quintana, por
la Calle Barro de Olla. Recuerdo haber ido con mi madre una vez a su
humilde casa, que era de un aspecto tan antiguo como los 90 años que tendría ella.
Con sus hijos, vivían con un estilo a la vieja usanza. Mamá se refería a doña
Estebana como Estebana Pincha, por su madre que fue partera, a quien se conocía
en el pueblo como Chepa Pincha.
En las fiestas, las cuartetas terminaban en una
borrachera, y con frecuencia en pleitos. Si no había pleito no era
fiesta. Sobre el licor, me decía doña Dora Zamora Azofeifa, a cuya
propiedad llegaba Marcial Barquero a cambiarse, que él se tomaba un trago para
empezar, quizá para darse valor e inspiración, y al final terminaba algo
bebido.
Como segunda anécdota, para concluir, me cuenta don
Julio que una vez Beto Vindas tenía un contrato en San Miguel Sur, pero no
tenía con quién ir para que le hiciera segunda, quizá porque don Serafín estaba
enfermo, y se acordó de Efroy Calvo, de Los Ángeles, quien apenas le hacía un
poco a ese arte pero no se había aventurado en público. Se lo llevó, y la
salida de Beto en la cuarteta fue
"¡Qué linda se ve esa ave reposando en ese
nido!"
Efroy respondió:
"Seguro que está culeca, seguro que no ha
ponido."
Estos episodios me los cuenta en grandes
carcajadas.
Atte. Juan
E. Cruz A. Enviado: martes 27 de diciembre de 2016
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