PADRE SOBRINO Y PADRE
DELIO
Santo Domingo de Heredia ha tenido
dos grandes e importantísimos
sacerdotes católicos en su comunidad.
Nos referimos al Padre Sobrino y al Padre Delio. Su huella quedó imborrable
por su trabajo tesonero en este pueblo. Escribimos sobre algunas pinceladas con el fin de que muchas personas
que tienen otros recuerdos nos los hagan
llegar y se puedan publicar en esta página del Grupo Cívico Domingueño. También
se pueden narrar detalles y bondades de
otros pastores que a lo largo de la
historia han marcado a muchos domingueños, para que
quede constancia de alguna manera de aquellos esfuerzos que han hecho
diferente a esta comunidad.
El Padre Sobrino dedicaba todos
los primeros viernes de cada mes al Sagrado Corazón de Jesús. Desde las 4 de la
mañana empezaba su ardua tarea de confesar y dar la comunión. Escuchaba
confesiones por un rato y luego iba a dar la comunión. Esto lo extendía permanentemente durante toda
la mañana. La
Basílica, recordamos, estaba llena de gente deseosa de recibir a nuestro
Señor Jesucristo para después empezar
sus jornadas de trabajo.
El trabajo pastoral lo
complementó el Padre Sobrino con la traída de los misioneros josefinos.
Recordamos con mucho cariño la llegada del Padre Eusebio y el Padre Vicente.
Misioneros josefinos mexicanos que desarrollaron una gran labor en el pueblo
domingueño.
El Padre Sobrino con la ayuda
estatal y muchos fieles católicos domingueños
logró la construcción del Salón Parroquial ubicado detrás de la Iglesia
del Rosario, donde muchas generaciones han recibido clases de catecismo y
cursos de preparación en la doctrina de la fe y en su desarrollo personal.
Por su parte, el Padre Delio con
la ayuda de muchos domingueños también logró crear el Colegio Santa María de
Guadalupe, impulsó la Escuela de Artesanía y ayudó a muchas personas de nuestro
querido cantón.
Recordamos un día que, como
dirigentes comunales, fuimos a conversar
con el Padre Delio, cuando él se encontraba ya retirado, sobre el proyecto de
construir un Salón Comunal en Santo Domingo centro. Fue toda una lección de
acción comunal. Nunca olvidaremos la frase: “¿Por qué todo tiene que estar en
manos del Gobierno? No, el esfuerzo de la comunidad debe estar siempre
presente complementado con el
apoyo de los gobernantes”. En otras palabras
toda comunidad debe fijarse sus metas, empezar y luego convencer a otros de sus
proyectos.
Dos sacerdotes que atendieron a
todo el cantón de Santo Domingo de Heredia sembrando la semilla de la
fraternidad, el amor, la solidaridad; es decir, del verdadero cristianismo.
Sirvan estas breves líneas para
reconocer ese trabajo silencioso de dos pastores que trabajaron arduamente por
nuestro querido Santo Domingo de Heredia.
Grupo Cívico Domingueño Lunes 27 de julio
del 2015
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