sábado, 29 de septiembre de 2012

Nostalgia por mi querida calle Ronda, ubicada en San Vicente de Santo Domingo de Heredia: la marimba de Queco y otros personajes.

El Grupo Civico Domingueño queriendo rescatar aquellas historias, anécdotas de Santo Domingo de Heredia, presenta el relato N° 3 de nuestro compañero Jorge Ramírez referente a lo que recuerda de su vida cuando era niño y habitaba  en Calle Ronda.   


NOSTALGIA POR MI QUERIDA CALLE RONDA
La marimba de Queco y otros personajes

Otra experiencia linda que muchos disfrutamos, ya fuéramos niños, jóvenes o viejos era oír tocar marimba a Queco. Era un hombre ciego que, además de este instrumento, interpretaba con gran maestría el violín, la guitarra, la bandolina, redoblante (participó en la Banda Municipal de Santo Domingo) y no sé si otros instrumentos, porque también lo vi y oí tocar la armónica en forma excelente.

Lo bonito era que en esas horas de la noche, cuando a Queco se le ocurría, mandaba a sacar la marimba; su hermano Tino tocaba la guitarra y un señor Pano Sánchez requinteaba. Algunos sobrinos mayores, hijos de Tino, que le hacían algo a la guitarra se ponían a darle y no faltaba uno que otro sacara las maracas. Otros cantaban y se armaba la trifulca entre los que bailaban y gritaban.

Los más pequeños nos íbamos a acostar, sin embargo, a veces salía a ver la acequia y a escuchar el croar de los sapos, así como a observar la brillante luna en esas esplendorosas noches de verano. Luego volvía y me despedida de todos. ¡Ah! , pero la gente mayor continuaba, sobre todo si el día que se avecinaba era domingo y no se trabajaba. Algunas veces, mucha gente del centro de Santo Domingo llegaba a disfrutar del vacilón.

Queco, a pesar de su ceguera, tenía un oficio, el cual consistía en jalar con una carretilla cueros que llevaba desde el Matadero Municipal hasta una curtidora localizada en Heredia, donde lo procesaban para preparar las suelas de zapatos.

Además, según me contó mi hermana, esa carretilla le sirvió de mucho a los liberacionistas, pues él llevaba cierta información para esta gente con respecto a la guerra civil que hubo en nuestro país en 1948.

En otros momentos, la gente se reunía para contar chistes o historias de aparecidos. Una vez le jugaron una broma a un señor que se llamaba Bolívar. Mientras le comentaban algo de unas luces que se veían por donde él vivía, (justo la callecilla que es la segunda entrada al actual Polideportivo) otros hicieron un muñeco y se lo pusieron a la par de una candela para asustarlo; sin embargo, no se sabe cómo él se dio cuenta y lo destruyó. Hubo un tiempo de mentonazos de madre de su parte y posteriormente todo volvió a la normalidad, ya que un día riéndose llegó a juntarse otra vez al vacilón, pues él sabía que todo era parte de travesuras de viejos, pero travesuras al fin.

Otros personajes dignos de mencionar es Doña Herlinda Montero, señora humilde que sirvió de partera, al igual que María José Ramírez; sus fotos están merecidamente en la Sala Municipal de Santo Domingo.

María Rodríguez cc. María Papa, era la sobadora del pueblo, enderezaba pies, manos y sobaba estómagos, cuando de pegas se trataba, guardando las distancias era un Gelio Argüello de ese tiempo.

Vale la pena rescatar la historia de mis abuelos maternos que no conocí, y que tampoco mis hermanos mayores los conocieron. Contaba mi mamá que la propiedad ubicada detrás de su casa medía aproximadamente una manzana. El dueño de esa finca le ofreció a mi abuela vendérsela en 150.00 colones y que se la pagara a como pudiera con las cogidas de café. Mi abuelo se opuso por ser una cantidad de dinero muy alta para pagarla. Fue adquirida por don Rafael Zamora (Roquillo). Se cuenta también que él se encontró una botija y de allí su capital. La descubrió en la acequia que está por donde los Arce (cortadores), o sea por la Clínica nueva del Seguro Social Dr. Hugo Fonseca. Esa historia se la he oído a varias personas, por tanto vale la pena rescatarla por ser parte de la idiosincrasia del distrito.

También en el barrio vivía una señora que la llamaban María Pico; cuentan que esta mujer tenía problemas de demencia. Ella quedaba en paños menores y así se bañaba en una posita de la acequia que tenía forma de pileta.

Lola, la Loca, así le decían a otra mujer. Esa andaba con un saco de gangoche y cuanta cosa encontrara en la calle lo juntaba y lo guardaba en ese saco. Además dicen que se pasaba en una pura habladera y no se le entendía nada. Cuenta mi hermana Mayra que una vez agarró a un sobrino pequeño y se lo metió debajo del hombro, hubo pues que forcejar con ella para que lo soltara.

Rafael Tercio, a ese sí lo conocí, hombre pequeño que usaba pantalones que le llegaban por las espinillas y una chaqueta larga; era inofensivo y más bien quería pasar desapercibido.

Nos contó el Padre Delio, que cuando él inició el proyecto del Colegio Santa María de Guadalupe, se topó con este señor a mitad del camino, cuando se dirigía de la Casa Cural al colegio. Don Rafael, que era indigente, se le acercó tímidamente y siempre con la vista baja le dijo: “Padre yo sé que usted va a hacer un colegio, yo quiero donarle esta moneda para eso”. Continuó hablando el sacerdote con nosotros, yo tomé la moneda, porque si no lo hacía era un desprecio para don Rafael. Pensé en ese instante que ese señor lo poco que tenía quería donarlo para una gran obra. Se lo recibí y le di las gracias muchas veces, en mi nombre y de parte de todos los muchachos. Concluyó el padre, ya ven muchachos y muchachas, aquí hay en este edificio dos blocks pagados por don Rafael. En ese tiempo dos blocks valían 25 céntimos. ¡Ah, y recuerden el pasaje de la señora que dio lo único que tenía; mientras los fariseos daban de lo que les sobraba para que los vieran, recuerden siempre esto jóvenes!

Rosita Benavides, decía que, cuando se tapó la acequia y la pavimentaron, ella dio gracias a Dios por el avance que tuvo la comunidad; años después vivía arrepentida, porque era preferible oír el croar de los zapos y las ranas, al constante sonar de los potentes motores de tráileres, motos a escape libre, que no respetan ni las horas de sueño para el necesario descanso.

Por eso, amigos y amigas domingueños, reflexionemos muy bien sobre el tipo de desarrollo para nuestro cantón. No perdamos la tranquilidad por un falso progreso. Espero que estas reflexiones que hago sobre mi querida Calle Ronda nos sirvan a todos para reflexionar y exponer nuestras ideas. En esta página del Grupo Cívico, sus ideas son bienvenidas.

Jorge Ramírez Calderón. Viernes 28 de setiembre. Grupo Cívico Domingueño.









sábado, 22 de septiembre de 2012

Nostalgia por mi querida Calle Ronda, San Vicente de Santo Domingo de Heredia. N° 2

NOSTALGIA POR MI QUERIDA CALLE RONDA
Juegos, alegría y compañerismo

Vivencias como jugar trompos o bolinchas, donde en un círculo, se ponían en el medio, ya fuera chapas o botones. El juego consistía en formar una circunferencia del tamaño a convenir y a una distancia más o menos de dos metros se hacía una línea horizontal. Los jugadores enviaban con destreza y suavidad la bolincha hacia la línea, el que quedaba más cerca de ella era el primero en jugar y los otros seguían según su cercanía. Posteriormente nos acercábamos al círculo para iniciar el juego.

Se podían sacar chapas o botones del círculo, según lo que se jugara. Con buena puntería pegar la bolincha del otro jugador y, si lo lograba, recoger la cantidad que poseía el compañero (es decir, si se jugaba de a cuatro, cinco etc.). Explico todo esto para aquellos jóvenes que no saben de ese juego tradicional y lo han oído mencionar.

También, cuando llovía, como la mayoría de personas éramos descalzos, entonces dibujábamos círculos con el pie que poníamos sobre la tierra húmeda y girábamos el cuerpo, quizás no tenía mucha lógica, pero sí se disfrutaba.

Se hacían seguidillas que era jugar con bolinchas, solo que se trataba de pegar la bolincha del otro. El compañero también lo intentaba. A veces se caminaba hasta trescientos metros en ese juego y después nos devolvíamos. A veces se caían en la acequia y allí terminaba el juego, si no se tenía el sustituto.

También se jugaban puros. Eso consistía en poner dos ladrillos en forma vertical, allí se ponía un trozo de madera cilíndrico, generalmente se cortaba un pedazo pequeño del palo de una escoba,(a eso se le llamaba puros). Con un trozo de mayor tamaño de la misma madera se procuraba levantar el puro y se tiraba al aire para darle con el grande y ver hasta donde se lanzaba. La manera de contar era calculando la distancia, mediante la medida de los pies, o sea se ponía un pie y seguidamente el otro, así se calculaba la distancia y posteriormente se pagaba con cajetillas de cigarros.

Los jugadores tenían abiertas las cajetillas, ordenadas según el valor que se le daba. Así los cigarros marca ticos, valían 5 colones, el de león veinte colones, piel roja cincuenta colones, otras marcas tenían más valor como Capri y Rex, Salem, Nevada. Si eran cigarros de cajetillas extranjeras se les asignaba más valor.

En la plaza del centro de Santo Domingo se volaban papalotes. Eso me parece que las generaciones actuales lo conocen y no hay necesidad de explicarlo.

Otro juego que practicábamos era las famosas chócolas. Pequeños huecos que se hacían en la tierra, el procedimiento era igual al de las bolinchas. Solo que se jugaba con guápiles de café (dos granos de café pegados, a las de tres se les llamaba peinetas). Se hacía un círculo entre el dedo gordo y el índice y se le daba con el índice a la guápil hasta tratar de introducirla al hueco.

Si uno metía la guápil propia, la recogía y seguía jugando con la guápil del compañero más cercano al hoyo. Si no la introducía continuaba, en el orden usual, el otro que le correspondía, jugándose así hasta finalizar.

También son inolvidables los momentos que pasamos cuando encerábamos tablas e íbamos a resbalar en el potrero propiedad en parte de la finca de Nina Benavides y otra parte de potrero de la Finca el Polaco. Esto ocurría sobre todo los sábados y domingos cuando iban a disfrutar, con la familia, mucha gente del barrio y del centro de Santo Domingo.

Nací, crecí y viví en mi querida Calle Ronda, donde jugué, disfruté y amé a mi tierra domingueña. Hoy debemos dar a conocer las grandes enseñanzas que he recibido de mi gente y de mi tierra, para que siempre conservemos la esencia de lo auténticamente domingueño. Aquello que nos ha distinguido por generaciones y que hoy son necesarias para enfrentar el futuro plagado de sombras mercantilistas y carentes de amor hacia sus semejantes.

Jorge Ramírez Calderón. Grupo Cívico Domingueño.











martes, 18 de septiembre de 2012

Apoyo del Grupo Civico Domingueño a los vecinos de San Vicente (sector este) de Santo Domingo de Heredia sobre las intenciones de construir una bomba de gasolina y un cementerio en dicho sector.

Posición del Grupo Cívico Domingueño ante la Solicitud para la construcción de un cementerio y bomba de gasolina en San Vicente de Santo Domingo de Heredia.

El Grupo Cívico Domingueño apoya a los vecinos de San Vicente quienes se oponen a la construcción de una gasolinera y un cementerio privado en ese sector.

El sentir de la comunidad en el proceso de plan regulador del 2004 y 2009 ha sido muy claro hacia mantener la zona este de San Vicente para usos de muy escaso impacto, sea su actual uso agropecuario o de muy baja densidad residencial. El Grupo Cívico ha respaldado la señalización como zona de protección o reserva a las márgenes ampliadas de los ríos, y una subsiguiente zona de amortiguamiento o de transición, preferentemente en uso agropecuario, de 500 m de ancho a ambos lados del límite de reserva. Así lo externó en el proceso de plan regulador y lo sigue manteniendo.

Por último, según la reglamentación de Senara, la actividad de cementerio requiere de estudio hidrogeológico, un requisito que la Sala Constitucional ha señalado para todo tipo de desarrollo de cierta magnitud. Con respecto a gasolinera, se convierte en un riesgo latente de gran magnitud, por más que se tomen medidas de prevención la amenaza para los acuíferos es sustancial. No se puede concebir en una zona especial de protección actividades de alto riesgo ambiental.

La administración y el Concejo Municipal deben respetar la opinión de los vecinos de San Vicente quienes se presentaron ante ese Concejo Municipal y expusieron dicho problema (acta 186 del 26 julio 2012), y tomar en cuenta los argumentos expresados por ellos apoyados por el informe otorgado por el Dr. Allan Astorga Gattgens, consultor ambiental y geólogo.

17 de setiembre 2012. Grupo Cívico Domingueño.



sábado, 15 de septiembre de 2012

Nostalgia por mi querida Calle Ronda, San Vicente de Santo Domingo Heredia. N° 1.

El San Vicente de ayer se destacaba por la gran acequia que recorría La Calle Ronda, donde los niños de la época disfrutaban sanamente de jugar en la misma. Uno de ellos  Jorge Ramírez,  narra a continuación lo que recuerda de su niñez. 

NOSTALGIA POR MI QUERIDA CALLE RONDA
Aventuras en la acequia y su entorno



Cuando llegaba de la escuela de niños Félix Arcadio Montero, ubicada en el centro de Santo Domingo de Heredia, a mi barrio llamado San Vicente o Calle Ronda, veía pasar una gran acequia que cruzaba, desde el frente de la Pulpería y Cantina el Guacalillo hasta los límites de la carretera principal de Heredia. Recuerdo que las advertencias de nuestros mayores de no meternos en la zanja no eran obedecidas, pues vivíamos grandes acontecimientos: cogíamos olominas de colores, algunos con varas largas cruzaban de una orilla a otra, cual si fuese unas garrochas. Otros probaban sus destrezas brincando, los más osados lo lograban, pero muchas veces se caían y salían llorando con su ropa mojada; quizás con raspones o previendo la castigada que se les venía encima.

Una vez, Ulises Zamora hizo al frente de su casa una presa y aunque la zanja no era tan ancha, duró varias horas nadando a lo largo de la misma, también otra gente se apuntó al baño. La acequia era la división convencional entre el distrito de San Vicente y el central. Se decía que había una pugna entre la gente de Calle Ronda y el centro de Santo Domingo, según se comentaba, pues nos decían que éramos atrasados, porque solo cafetales había en nuestro barrio. No importaba, igual lo queríamos. Ahora lo comprendo. En ese tiempo las tierras valían poco y la mayoría de los que allí trabajaban en ese entonces eran jornaleros, cogedores de café y otros puestos humildes.

Algo espectacular era ver a Don Rafael Carmona, Don Vidal Bolaños, Miro González y Felipe Cantillano (entre otros) pasar con las carretas tiradas por bueyes y llenas de café, por una de las orillas más anchas de la calle junto a la acequia que era la parte perteneciente al centro de Santo Domingo. Iban directo hacia el recibidor de café de los Montealegre ubicado en una de sus fincas cuyo nombre era el Tanque. Otros boyeros preferían pasar 100 metros más doblando a la izquierda y pasaban frente a la casa de Pepe Rodríguez, Alcides Ramírez, Julio Benavides, Mardoqueo Bolaños, quien también era boyero; además su hijo Eduardo (Chicote) lo ayudaba. Subían hasta llegar a las casas de Danilo y Teresa González (ambos hermanos) , las cuales cortaban el camino; es decir, éstas estaban frente a la calle citada. Los boyeros tenían que cruzar a la izquierda y pasaban frente a la Pulpería y cantina El Guacalillo de Don Víctor Rodríguez y su esposa Bertila Montero. Allí doblaban hacia la derecha para tomar otra vez la calle San Vicente directo al Beneficio.

Era bello ver a hombres y mujeres de todas las edades, caminar por esa calle a ambos lados de la acequia con canastos al hombro para coger café muy de madrugada, no solo a las fincas de los Montealegre sino a las de Dora Zamora, David González entre otros. Unos iban contando chistes, otros cantando y a la hora del regreso a sus hogares venían quizás un poco cansados, pero igual de contentos, más que ya traían su platita para sus casas. Yo fui uno de los afortunados que junto a mis hermanos formábamos parte del paisaje y sobre todo la linda experiencia de ese añorado tiempo. Por cierto uno de los más chistosos era Félix Antonio (Jocotes) que con tal de apuntarse al vacilón le sacaba chistes hasta sus padres. Contaba que cuando cayó ceniza, su mamá le preguntó a un señor si sabía dónde estaba Nano (su esposo) a lo que contestó el señor, mujer quién soy yo. Riéndose Nano, ya que ella no lo conocía por la cantidad de ceniza que tenía encima.

Siento nostalgia por mi querida Calle Ronda. Ahora se viven otras circunstancias; sin embargo, nunca debemos olvidar estos pasajes y darlos a conocer para que las nuevas generaciones sepan de dónde vienen, qué deben cuidar y hacia dónde dirigirse como comunidad. Sobre todo oponerse a los furgones que pasan por esta calle y al desarrollo desordenado en nuestro querido San Vicente, que ya se está volviendo en contra de los mismos vicentinos.

Jorge Ramírez Calderón. Grupo Cívico Domingueño. 15 de setiembre 2012

San Vicente en el 2012


 
San Vicente en los años 50







martes, 11 de septiembre de 2012

Apoyamos el proyecto del señor Francisco Javier Ramírez sobre el embellecimiento de la avenida 3 del centro de Santo Domingo de Heredia con el fin de captar la belleza de la Basílica de Santo Domingo.

El ciudadano domingueño Francisco Javier Ramírez, ha presentado un proyecto sobre el embellecimiento de la avenida 3 del centro de Santo Domingo para poder admirar la belleza de la basílica cuando se viene de Heredia y se ingresa a Santo Domingo  de la Cruz Roja hacia el este, por tal motivo, se insta al Concejo de Distrito de Santo Domingo para que tome un acuerdo de apoyo a dicha iniciativa y lo presente ante el Concejo Municipal para lograr el apoyo y lograr la ejecución del mismo. Lo anterior debido a que el señor Ramírez ya lleva varios años  intentando que los últimos Concejos Municipales lo aprueben.
A continuación se presenta la nota de apoyo del Grupo Civico Domingueño que le fue enviada al Concejo de Distrito de Santo Domingo centro.


Jueves 10 de setiembre del 2012                                         Nota: GCD Nº 021-2012

Señores
Concejo de Distrito de Santo Domingo centro
Presente

Asunto: Solicitud de acuerdo

Estimadas señoras y señores:
Reciban un saludo del Grupo Cívico Domingueño.

El miércoles 29 de agosto del 2012, en la reunión con ustedes, en el edificio municipal, el Lic. Francisco Javier Ramírez, expuso el Proyecto de embellecimiento de la Avenida 3 del centro de Santo Domingo de Heredia, el cual desde el año 2007 viene impulsando, con el fin de captar la majestuosidad de la Basílica de Santo Domingo, herencia generosa de nuestros antepasados domingueños. Sin embargo, hasta el momento, las diferentes Municipalidades no se han comprometido con esta idea.

El Proyecto ordena la colocación de rótulos, de acuerdo con el Reglamento existente para vías nacionales; es decir, se debe hacer cumplir el decreto vigente, como lo expuso el Lic. Ramírez.

Según lo expresado por ustedes esa noche, existe conciencia de la necesidad de ejecutar ese Proyecto; por lo tanto, les solicitamos un acuerdo de ese Honorable Concejo de Distrito hacia el Concejo Municipal, Alcaldía, Administración y fuerzas vivas de la comunidad, donde se apoye el proyecto presentado por el Lic. Francisco Javier, así como las medidas legales y administrativas, para que ese proyecto sea una realidad lo antes posible, como un primer paso concreto para el embellecimiento del cantón y la protección del patrimonio histórico de Santo Domingo.

Agradecemos sinceramente la respuesta.

Notificaciones: Rafael Guido Brenes. 250 mts sur de la Basílica, contiguo al templo Pueblo de Dios, Telefax: 2244-10-31. Correo electrónico: guidobrenes@hotmail.com

Por el Grupo Civico Domingueño



Cc: Lic. Francisco Javier Ramírez
Comisión de Patrimonio Histórico
Fuerzas vivas de Santo Domingo de Heredia







martes, 4 de septiembre de 2012

La fuerza de la unión: electrificación de la calle El Aserradero ubicada en Santo Tomás de Santo Domingo de Heredia.

Se presenta a continuación una breve historia sobre la electrificación en la Calle El Aserradero en Santo Tomás de Santo Domingo de Heredia y cómo la unión de un grupo de vecinos junto con la Asociación de Desarrollo Comunal de Santo Tomás, compañía de Fuerza de Luz y Municipalidad de Santo Domingo hicieron posible que esa comunidad contara con electricidad, esto en la década de los 80. 


SANTO DOMINGO DE HEREDIA
GRUPO CÍVICO DOMINGUEÑO

La fuerza de la unión

Nos ubicamos en el quinquenio de 1980 a 1985, en la Calle El Aserradero de Santo Tomás de Santo Domingo de Heredia. Un grupo de vecinos de este sector humilde y con limitaciones económicas, pero con una gran voluntad, se presentó a la Asociación de Desarrollo de Santo Tomás de Santo Domingo de Heredia, a explicar el problema de la carencia de electricidad en el caserío y su deseo de hacerla llegar a todas las casas construidas en este sector, que colinda con el río Virilla.

La Asociación de Desarrollo se comprometió con ellos. Primeramente pidió un estudio de costos a la Compañía de Fuerza y Luz; además designó a uno de los directivos para trabajar con los vecinos, autorizó al Tesorero a recibir donaciones y llevarles el control para este proyecto, así como preparar los informes respectivos. Acordó separar de su presupuesto una partida para ayudar a conseguir el objetivo.

El trabajo organizativo de los vecinos fue la base fundamental. Constituyeron un Comité que semana a semana visitaba a los dueños de las fincas para exponerles el proyecto y solicitarles su colaboración. Los dineros entregados eran directamente depositados en la cuenta de la Asociación de Desarrollo.

El Comité y la Asociación de Desarrollo se presentaron a la Municipalidad de Santo Domingo a contarles las gestiones realizadas en relación con este Proyecto. El Ejecutivo Municipal ofreció la ayuda económica y fue respaldado por el Concejo Municipal. Acordaron una ayuda económica específica para concretar la idea.

El Comité posteriormente sacó audiencia con el Gerente de la Compañía de Fuerza y Luz y le dio los datos económicos, donde todavía faltaba cierta suma de dinero. Él autorizó efectuar el trabajo con el dinero recaudado.

Todavía faltaba un escollo más. El trámite municipal iba a durar unos meses más y el dinero, por lo tanto, no se podía entregar a la Compañía en ese momento. De nuevo el Comité recurrió a uno de los finqueros, quien lo prestó sin ningún papeleo y con la confianza puesta en la organización comunal, hasta que la Municipalidad pudiera reintegrárselo.

Todo este esfuerzo de organización logró su cometido: la electrificación del sector desde hace aproximadamente 30 años. Más aún sembró la semilla de otras luchas que han dado los vecinos y que ha mejorado la calidad de vida de sus habitantes, como por ejemplo, llevar un curso de manualidades al caserío, impartido por el IPEC de Santo Domingo, etc. Ya algunos integrantes del Comité han partido a la casa del Señor, pero ha quedado demostrado que, con la ayuda de DIOS y la fuerza de la unión de diversas personas y sectores, con instituciones públicas y privadas es el camino correcto para alcanzar objetivos comunales.

GRUPO CÍVICO DOMINGUEÑO.                    Martes 4 de setiembre del 2012

sábado, 1 de septiembre de 2012

Equipo de fútbol Danubio F.C. conocido como la Cuevita, un equipo que unió a la comunidad de Calle Lencha en Santo Tomás de Santo Domingo de Heredia.

Comentario sobre el equipo de fútbol Danubio F.C apodado la Cuevita décadas 1960 a 1980, ubicado en Calle Lencha Santo Tomás de Santo Domingo de Heredia.


SANTO DOMINGO DE HEREDIA

GRUPO CÍVICO DOMINGUEÑO

El Danubio F.C. (La Cuevita) y la comunidad

Nos ubicamos en las décadas de 1960 a 1980, en la Calle Lencha de Santo Tomás de Santo Domingo de Heredia ( Ahora Barrio San Martín); sin embargo, se sigue conservando y oyendo el nombre de Calle Lencha. Pareciera que el nombre “La Cuevita” se extendió entre los taxistas de ese tiempo. El nombre El Danubio F.C. fue propuesto por un residente de barrio cuyo origen era hondureño, de allí su apodo, en una reunión con miembros de la comunidad quienes por medio de la compra de votos debían elegir el nombre del equipo de fútbol recién creado. Por otra parte, el nombre de la Cuevita fue propuesto por Luis Zamora Marín propietario de una pequeña pulpería apodada con el mismo nombre. Al final, el equipo del barrio se bautizó con el nombre de Danubio F.C, sin embargo, predominó el nombre de la Cuevita, equipo de futbol que fue el motor de toda una comunidad, en esas décadas.

La mayoría de jóvenes de ese período estuvimos relacionados con este equipo de fútbol. Incluso existió una primera y segunda división, tal era la cantidad de muchachos interesados en jugar.

En la Junta Directiva participamos jóvenes y adultos mayores, quienes nos orientaron en esta actividad. Algunos colaboramos con el equipo haciendo rifas, siendo mensajeros de las fechas y horas de los partidos para los jugadores que no se encontraban cerca; pero la costumbre era jugar todos los domingos a las 10 de la mañana, 12 del día o 2 de la tarde en la Plaza de Santo Tomás. Unos pocos jugadores, quienes tenían vehículo jalaban a otros hacia la plaza; mas la mayoría llegaba a la hora señalada.

Hubo un momento en que se permaneció invicto más de 40 partidos. El prestigio aumentaba día con día. Los retos eran permanentes y venían equipos de muchas localidades del país. Recordamos una vez incluso un partido contra jugadores limonenses. Había siempre una confrontación deportiva contra el equipo tomaseño apodado “El manguerazo”. La plaza se llenaba de gente domingo a domingo, a disfrutar del buen fútbol practicado por todos los jugadores.

Los paseos a diferentes comunidades del país fueron muchos: La Suiza de Turrialba, Sarchí, Tacares de Alajuela, Aguas Zarcas, etc, etc. Desde buena mañana llegaba el bus al Barrio y había todo un movimiento de los vecinos para salir con el equipo, disfrutar del partido y distraerse un poco, pues después del partido generalmente todos los bailarines tenían la oportunidad de mostrar sus dotes, así como algunos se tomaban sus “traguitos”. Se contaba en todo momento con el apoyo del vecindario. Incluso hubo un tiempo donde se alquilaba un local, en el cual se hacían las reuniones, estaban los trofeos, medallas, cuadros con las fotos de los jugadores. Entre semana algunos días se reunían vecinos en ese lugar a jugar naipe y a comentar el trabajo del equipo.

Las actividades sociales para recaudar fondos y compartir entre todos los vecinos siempre se daban todos los años. El más prestigioso era el baile de navidad, donde incluso se hacían invitaciones y se contrataban salones de baile famosos de Santo Domingo centro como el Imperial y El Sámara. También se procuraba que el conjunto musical fuera de reconocido prestigio. Así tuvimos en su oportunidad a Gilberto Hernández y su grupo, Taboga, etc.

El Danubio F.C tenía su madrina y un grupo femenino que siempre lo apoyaba, pues participaban en concursos para nombrar a la novia del Club. Cuando algún jugador sufría una lesión todos eran solidarios con él, en el campo económico y humano. A veces se les ayudaba a comprar sus zapatos de futbol, ya que las camisas eran adquiridas por el equipo, se recogían y se pagaban a lavar. En otras palabras había una organización detrás de los juegos que domingo a domingo se practicaban.

Con el tiempo, esos jóvenes comenzaron a trabajar en su camino personal, algunos se fueron del Barrio por diferentes motivos y los mayores ya tenían más edad. De todo esto quedan los buenos recuerdos, fotos y no se sabe del destino de los libros de actas. De acuerdo con la versión del último tesorero, con la platita final se compró una corona para el funeral de uno de los fundadores más queridos del equipo.

Sin embargo, ese esfuerzo de organización de esa época se trasladó por otro tiempo a un Comité comunal que velaba por el buen estado de la carretera, organizaba una fiesta de navidad para los niños y se interesaba por los asuntos comunales. Se podría decir que ese fue el germen para que la comunidad trabajara en la construcción de su propia capilla, en el terreno donado para ese fin y que hoy es una realidad.

Estas son algunas pinceladas de un trabajo muy importante para un caserío. No se mencionan nombres, porque fue un trabajo de muchas personas, de una comunidad y quizás se podría cometer una injusticia al quedar por fuera algún dato. Por este medio se logró unir a una comunidad con objetivos comunes. La realidad actual es otra. Muchos han comprado propiedades en este sector y lo primero que construyen son las grandes tapias para aislarse de los demás. Siempre está presente la organización iniciada hace muchas décadas y se manifiesta de vez en cuando con el trabajo de algunos vecinos por metas específicas o actividades como las procesiones de Semana Santa o de San Martín hacia la Ermita.

Creemos que esta historia se repite en otros caseríos. Deben buscar los mecanismos para conservarla. La organización puede evolucionar y encontrar nuevas estrategias para enfrentar las tareas comunales. Costa Rica ha perdido esta visión en muchos pueblos.

Las comunidades pueden hacer muchas cosas con su propio esfuerzo, cuidar lo que tienen y enseñar a otros que solo con la organización y la perseverancia se puede sacar adelante la tarea personal y comunal.

Grupo Cívico Domingueño. Viernes 24 de agosto del 2012